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'Google Print' se abre a Europa

El buscador se dirige a editores de seis países para que autoricen el escaneado e inclusión de sus obras en la biblioteca digital.

FIN DE SEMANA
2 de septiembre de 2005

Por primera vez desde que el año pasado empezó a escanear libros para su biblioteca digital, el buscador más popular de Internet ha solicitado a editores de España, Francia, Italia y Alemania, entre otros, que le remitan textos que desean sean incluidos en 'Google Print'. Aunque el proyecto incluía ya obras en unos 100 idiomas -procedentes de editoriales de Canadá, E.U. y Australia-, su base de datos es fundamentalmente anglosajona, lo que motivó la puesta en marcha de una iniciativa europea similar.



Google anunció ayer su decisión de abrir su biblioteca digital a editores europeos, lo que puede ayudar a reducir el rechazo que el proyecto generó en el Viejo Continente. 'Google Print' persigue la digitalización de un gran número de obras impresas para ponerlas luego a disposición de los internautas, con el objetivo de que puedan realizar búsquedas en los textos desde su navegador. La compañía pretende atraer así a más personas hacia su buscador y generar nuevas vías para su negocio publicitario.



Google informa que ya se ha dirigido a los siguientes editores: Grupo Planeta y Grupo Anaya en España, De Boeck y Editions De L'Eclat en Francia, Springer Science & Business Media de Holanda, la italiana Giunti Editore y Mare Buchverlag en Alemania. La apertura a otros idiomas se complementa con la traducción de la página oficial de 'Google Print' a los idiomas de estos países, unas webs donde cualquier editor puede consultar sus dudas y gestionar la inclusión o no de sus obras.



Jim Gerber, director de contenidos de 'Google Print', explica que la llamada a editores europeos es un intento de aumentar el número de obras no escritas en inglés incluidas en la base de datos. La preferencia mostrada hasta ahora por la lengua de Shakespeare fue muy criticada desde Europa, hasta el punto de que a principios de este años se propuso el lanzamiento de un servicio similar por parte de seis naciones europeas: Francia, Alemania, Italia, España, Polonia y Hungría.