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Gobierno boliviano aclara que no presionó a Lula en Brasil

El tema del precio del gas habría sido la causa de la presión, según las versiones que circulan en los medios brasileros. Este país andino exporta 26 millones de metros cúbicos de gas diarios a Brasil, de los que 1.2 millones van a una planta termoeléctrica del centro oeste de ese país.

16 de febrero de 2007

LA PAZ _ El gobierno aclaró el viernes que no presionó al presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva para que en la reciente visita que le hizo el mandatario Evo Morales se negociara sobre el gas y se impusieran exigencias bolivianas de aumento de precios. Además dejó en claro que Bolivia mantiene el propósito de lograr una mejora mayor.

 

El ministro de Hidrocarburos, Carlos Villegas, en visita a varios medios, dijo que no son precisas las versiones de prensa publicadas en Brasil de que Morales impuso en la agenda tratar el tema de los precios del gas que Bolivia vende a su vecino e insistió en que Lula ayudó a lograr un entendimiento sobre bases técnicas, no políticas.

 

"El gas estaba en la agenda, era el punto más importante de la agenda", dijo Villegas ante versiones de que Brasil rechazó inicialmente la inserción del asunto en el temario que trataron Morales y Lula entre el miércoles y jueves, en Brasilia.

 

"Las relaciones han sido técnicas... ha habido una buena disposición del presidente Lula y de Petrobras", aclaró frente a informaciones que insisten en que Morales derrotó a Lula y que incluso habría señalado que si no había aumentos para el gas boliviano no se movería del escritorio del canciller brasileño, Celso Amorim.

 

"Estuvimos en un hotel y, cuando negociamos, el presidente (Morales) estaba con Lula. El (Lula) (le) dijo: 've a descansar' y Evo dijo que no. (añadió) 'Yo me voy a quedar acá porque necesito que me comuniquen el avance del trabajo, los ministros, los técnicos y yo necesito llamar' y se instaló", recordó Villegas , al insistir en que se le cedió la oficina por cortesía.

 

Villegas también señaló que "las negociaciones no se han cerrado", cuando fue consultado de que el gobierno no logró el aumento del precio que esperaba, de hasta 5 dólares por millón de BTU (Unidad Térmica Británica), y como exigía a Brasil, en consonancia con un acuerdo de 2006 por el que Bolivia exportaba a ese precio a Argentina.

 

Este convenio, sin embargo, expiraba en diciembre y el valor tiende a bajar por la disminución del precio del petróleo en los últimos meses. Bolivia exporta 26 millones de metros cúbicos de gas al día a Brasil, de los que 1,2 millones van a una planta termoeléctrica del centro oeste de Brasil, en la localidad de Cuiabá, y el resto a un nudo de distribución en Sao Paulo.

 

El combustible enviado a ese estado tiene un valor aproximado de 4,20 también en boca de pozo. El nuevo acuerdo, obliga a Brasil a pagar de forma separada por los combustibles de mayor poder energético que viajan en el gasoducto a Sao Paulo.

 

Ellos son el gas licuado de petróleo, el etano y las gasolinas naturales. Hasta ahora, se enviaban como si se tratara del mismo combustible que el metano, que compone alrededor del 90% de lo extraído de las reservas y tiene un poder calórico menor.

 

Villegas había señalado antes del viaje a Brasil que sólo por el gas que Bolivia vende a Sao Paulo, alrededor de 25 millones de metros cúbicos diarios, el país debería recibir 300 millones de dólares adicionales a los 1.260 millones de dólares que pagó el país vecino en 2006 por el energético.

 

Pero el viernes indicó que entre lo que se vende a Sao Paulo y a Cuiabá los ingresos adicionales serán de 144 millones de dólares en 2007, en caso de que los precios se mantuvieran en los valores actuales.

 

El gobierno ha declarado a las negociaciones como "un gran éxito", pero no ha explicado aún los mecanismos que se aplicarán para la estimación del pago adicional que debe hacer Brasil por los combustibles más ricos.

 

Villegas reconoció que Bolivia aún no tiene una planta de separación del metano del resto de los energéticos y que Brasil ha estado haciendo el fraccionamiento en procesadoras propias.

 

Morales había anunciado a mediados del año pasado que la venezolana PDVSA construiría dos de esas plantas.

 

AP