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Ganan popularidad negocios de mercancías vencidas en EEUU

20 de junio de 2008

Mesopotamia, Ohio, EE.UU.-  En una granja iluminada a gas, dos niñas con gorras y vestidos azules que les llegan al piso colocan cintas adhesivas en botellas de aderezo para ensaladas Newman's Own cuya fecha de venta ha vencido y limpian el polvo de latas abolladas y de cajas de golosinas.

Ambas están recogiendo mercancías descartadas por los supermercados.

Negocios administrados por los amish que venden casi regalados alimentos y medicinas vencidos están ganando popularidad en localidades rurales. Es una economía en las sombras, manejada por gente que descarta los métodos tradicionales de hacer negocios y que atrae cada vez más personas ajenas a ese grupo, golpeadas por la crisis económica por que atraviesa el país.

"En nuestras playas de estacionamiento tenemos de todo, desde un Mercedes hasta caballos y cochecitos para niños", comentó Ray Marvin, gerente de B.B.'s Grocery Outlet, una cadena de tiendas de propiedad de los amish en Quarryville, Pensilvania. En esas tiendas se venden rollos de papel higiénico a 50 centavos y aderezos para ensaladas a 10 centavos la botella.

Con excepción de la leche para bebés, la Administración de Drogas y Alimentos, que regula la circulación de comestibles y medicinas, no prohibe la venta de comida o medicinas una vez pasada la fecha de vencimiento. Solo está vetada la venta de medicinas adulteradas o que no tienen carteles apropiados. "Nos sorprende lo bien que nos va", expresó Rebecca Miller, una amish que abrió con su esposo un negocio de mercancías descartadas en las afueras de Mesopotamia, al noreste de Ohio. Nunca pusieron un aviso, pero tienen una buena clientela.

Los amish dicen que el movimiento de sus negocios mejoró notablemente en los últimos meses, a medida que el país se hunde en una crisis económica caracterizada por los altos precios de la gasolina y los alimentos, y una crisis crediticia y en el mercado de la vivienda. Si bien algunos negocios ponen avisos, su popularidad obedece a recomendaciones que hace la gente.

Varios negocios de amish se negaron a dar cifras sobre sus ventas. Pero Mike Mitchell, dueño de Amelia's Grocery Outlet en New Holland, Pensilvania, dijo que sus ventas aumentaron un 12% en el 2007 y que su cadena de 11 tiendas avizora un incremento del 23% este año. En el noreste de Ohio hay al menos seis negocios de amish que venden productos vencidos y casi una docena en el vecino condado de Lancaster, en Pensilvania. Forman un verdadero circuito en al que la gente busca artículos baratos. "Mucha gente va de un negocio a otro para ver qué pueden conseguir", declaró Barbara Byler, una mujer amish de 41 años que administra la tienda Shedd Road Salvage en Burton, Ohio.

Solo los conocedores pueden dar con N&R Salvage, un comercio ubicado en el medio de una planicie verde, calentado por un horno de carbón. La caja registradora funciona a pilas. Los amish están diseminados por 28 estados y las mayores concentraciones están en Ohio, Pensilvania e Indiana. Son un grupo muy religioso que vive de la tierra y rechaza muchas comodidades de la vida moderna, incluida la electricidad. Algunos de sus miembros, no obstante, han dejado de lado las tareas del campo e instalado negocios o trabajan en la construcción y en fábricas.

Los amish han sido tan golpeados como el resto de la población por la declinante economía. "Trato de reducir gastos", manifestó Shirley Baxter, de 73 años, mientras recorre B&K Salvage en Middlefield, Ohio. "Sitios como este ayudan". En los pasillos hay algunos productos baratos frescos, así como tortillas dañadas por el agua, a 25 centavos el paquete, y una salsa de pesto que venció hace cuatro meses (cinco paquetitos por un dólar).

Se vende además un humectante para la cara barato, dentífricos viejos, papel higiénico y medicinas vencidas. En Triple M Salvage de Middlefield, el que se anime puede adquirir un tratamiento para la pérdida de cabello que venció hace más de tres años. Por un dólar, se puede llevar una botella de laxante que venció en junio o pastillas para alergias de Tylenol de hace un año.

Estos negocios recogen artículos que han sido descartados por los supermercados porque están dañados o a punto de vencer. Son enviados a centros de reciclaje, donde se descarta definitivamente algunos y el resto es enviado a tiendas de descuento de todo el país. Desde que descubrió estos negocios de artículos descartados, Jo Leyda, de Windsor, Ohio, dice que casi nunca paga más de dos dólares por una caja de cereal.

"No me importa si tiene alguna rasgadura", manifestó Leyda, madre de cinco hijos. Pero dijo que trata de no comprar artículos vencidos. "Si se trata de un aderezo para ensalada que venció hace un mes, probablemente esté bien. Pero generalmente prefiero comprar cosas con abolladuras, que no hayan vencido", indicó.

 

AP