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Falla primer intento para frenar derrame de crudo en Golfo de México

Mientras miles de litros de petróleo siguen brotando cada día de un pozo sin control en el fondo del Golfo de México, el enorme domo que la petrolera BP había planeado usar para frenar el derrame permanecía inservible el domingo en el suelo marino, envuelto en cristales de hielo.

9 de mayo de 2010

Golfo de México  — Mientras miles de litros de petróleo siguen brotando cada día de un pozo sin control en el fondo del Golfo de México, el enorme domo que la petrolera BP había planeado usar para frenar el derrame permanecía inservible el domingo en el suelo marino, envuelto en cristales de hielo.

El primer intento de frenar el derrame falló cuando los cristales taponaron el pico que corona el domo —como un embudo dado vuelta— al formarse en las aguas profundas del Golfo y ahora el plan está en duda.

El domo quedó posado en el suelo marino a más de un kilómetro y medio (una milla) de profundidad y a apenas unos cientos de metros del pozo, mientras espesos manchones de alquitrán alcanzaban las playas de arena blanca de Alabama, en una nueva señal de que la situación empeora.

Los equipos de emergencia demoraron casi dos semanas en construir la pieza de acero y concreto y tres días en trasladarla a 80 kilómetros de la costa (50 millas) y bajarla hasta el pozo, pero la temperatura de las aguas es demasiado baja.

Directivos de BP no descartaban que se pueda cerrar el pozo con un domo de contención, sea el ya usado u otro que se está armando, para que capture el crudo y lo canalice a un barco cisterna. Sin embargo, dijeron que pasarían días antes de que puedan hacer otro intento.

"No diría que ya falló", dijo el jefe de operaciones de BP Doug Suttles. "Lo que diría es que lo que intentamos hacer... no funcionó".

La necesidad de contener el derrame se mostraba más urgente, luego que un puñado de bolas de alquitrán, del tamaño de una moneda hasta del de una pelota de golf, aparecieron en la isla Dauphin, en Alabama, muy al este de las manchas delgadas que se vieron en los pantanos de Luisiana.

"Casi parece corteza de árbol pero cuando la recoges ves que sin duda tiene consistencia líquida y es petróleo", dijo Kimberly Creel, de 41 años, que estaba en la playa junto a cientos de veraneantes.

Desde que la plataforma Deepwater Horizon explotó el 20 de abril y mató a 11 trabajadores, unos 794.900 litros (210.000 galones) de crudo se han derramado por día. Hasta el sábado, el grueso del petróleo no llegaba a la costa estadounidense del Golfo. Hasta ahora, las corrientes empujan el derrame sólo a las costas estadounidenses y no a las mexicanas, al sur y al este del golfo.

(AP)