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Ex secuestrados Mendieta y Betancourt envían mensaje de fortaleza a compañeros

El general de la policía Luis Mendieta y la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, ambos ex rehenes de las Farc, enviaron el martes un mensaje de fortaleza a los uniformados que siguen cautivos y aseguraron que muy pronto les llegará su día de libertad.

15 de junio de 2010

Bogotá  — Mendieta y Betancourt, en un llamada de conferencia durante una entrevista con la radio Caracol, recordaron también los duros momentos de su secuestro, cuando ambos por estar enfermos debían ser transportados en hamacas por insurgentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc).

El general, retenido por la guerrilla en noviembre de 1998, fue rescatado el domingo junto a otros dos uniformados en un operativo del ejército en una zona del departamento de Guaviare, al sur del país. El lunes por la madrugada un cuarto policía que compartía cautiverio con Mendieta fue ubicado por los militares y los cuatro finalmente llegaron a Bogotá la víspera para reencontrarse con sus familias.

Betancourt, secuestrada en febrero del 2002 y rescatada por el ejército junto a otras 14 personas en julio del 2008, aseguró que sabía de la angustia de los que aún estaban retenidos y que esperaban su liberación.

"Yo sé que todos los compañeros nuestros que están en la selva están esperando también su momento y añorando que también les llegue la libertad", dijo Betancourt, quien poco después de su liberación salió de Colombia hacia Francia, donde estudió en su juventud y reside parte de su familia.

Los aún retenidos, añadió Betancourt, "deben estar con esos sentimientos encontrados, de sentir la felicidad por la libertad de nuestros cuatro compañeros liberados, por mi general Mendieta... pero también deben sentir como esa angustia de no saber cuándo les va a llegar a ellos el turno".

"Tengan fe que esta pesadilla se va a acabar muy pronto", aseguró.

Por su parte, Mendieta, de 53 años y el oficial más antiguo de la policía colombiana, dijo que confía en la capacidad de los militares para ayudar a traer a la libertad a otros uniformados cautivos y que, a lo largo de todos estos años de secuestro, uno de las peores experiencias fue la soledad y cuando los insurgentes le retiraron hace 16 meses y sin explicaciones los radios con las que lograban tener noticias sobre sus parientes y el mundo.

Sin los radios "controlar, diríamos, esa soledad es difícil, porque no hay una canción, no hay un sonido de una persona del exterior", observó Mendieta. "Lo que se escucha es la lluvia, el sonido de los animales, algunos dicen que eso es la plenitud, pero ya uno está cansado durante tantos años de escuchar la selva, que uno lo que quiere escuchar es que las personas hablen, escuchar música", agregó.

Es "una soledad muy espantosa", dijo el oficial, quien aseguró que desde su rescate está "maravillado" y "disfrutando cada segundo".

(AP)