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Escándalo en Colombia obliga a jefe Servicio Secreto a defenderse en Senado

El escándalo con prostitutas en Colombia que involucró a 12 agentes del Servicio Secreto de EE.UU. obligó hoy a su director, Mark Sullivan, a defender la integridad de su departamento ante el Senado, que puso en duda que sea un caso aislado.

23 de mayo de 2012

Washington - En su primera comparecencia ante el Congreso desde que salió a la luz el escándalo en abril, Sullivan aseguró que el comportamiento de los agentes implicados "no es algo habitual" y "no representa el alto nivel ético que pedimos a nuestros casi 7.000 empleados".

No obstante, aunque aseguró que su departamento tiene "tolerancia cero" con este tipo de conducta y en ningún momento comprometieron su misión o la seguridad del presidente, Barack Obama, no terminó de convencer a los senadores.

La noche de fiesta fue un día antes de que llegara a la ciudad colombiana de Cartagena de Indias (norte) Obama para participar en la Cumbre de las Américas, del 13 al 15 de abril, por lo que según explicó, los agentes todavía no habían sido informados de sus tareas de protección y ninguno tenía en la habitación documentos confidenciales, armas, radios o dispositivo de seguridad.

A su turno, el senador independiente Joe Lieberman, presidente del Comité de Seguridad Nacional del Senado y quien convocó la audiencia, sostuvo: "Es difícil para mucha gente, incluido yo, creer que una noche (...) los agentes que estaban allí para proteger al presidente, de pronto espontáneamente hicieran algo que otros agentes nunca habían hecho".

Lieberman, quien ha solicitado una revisión de los archivos de las actas disciplinarias del Servicio Secreto de los últimos cinco años, subrayó el daño que ha hecho este episodio a la imagen del cuerpo y pidió medidas para que no vuelva a repetirse.

En este periodo hubo 64 casos en los que se hace referencia a conducta sexual inapropiada, la mayoría por enviar emails con contenido sexual explícito desde un ordenador del Gobierno, aunque tres incluyen mantener una relación sexual no consentida con un extranjero, sobre las que pidió más información.

En la misma línea que Lieberman, la senadora republicana Susan Collins consideró que el hecho de que haya dos supervisores implicados le hace pensar "que esto no es un incidente único".

La senadora se mostró sorprendida de que los agentes registraran a las prostitutas como invitadas para pernoctar en el hotel con sus nombres verdaderos, lo que muestra que "no tenían miedo de que alguien se diera cuenta o de que fueran a ser castigados por ello".

Asimismo señaló que al contrario de lo que se creía, no hubo un único grupo que salió, sino varios que fueron por separado a distintos locales y "acabaron en circunstancias similares", lo que le lleva a pensar que puede ser algo habitual.

Según reveló hoy el Washington Post citando a fuentes no identificadas, este tipo de encuentros con prostitutas es algo común y se mantiene en silencio entre los propios agentes bajo el código no escrito de "lo que pasa en el camino, se queda ahí", algo que Sullivan negó tajantemente.

En este sentido, lamentó que algunas informaciones de prensa se generan con fuentes anónimas y señaló que el Servicio Secreto gastó miles de dólares para investigar unas acusaciones similares en El Salvador, que finalmente no pudieron confirmarse.

En cuanto al peligro de la situación en Cartagena, Sullivan aseguró que, tras haber entrevistado a todas menos a dos, puede garantizar que las mujeres no pertenecen a ningún grupo terrorista como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) o a servicios secretos de otro país, como cuestionó la senadora.

"Es irónico sentir alivio al saber que se trata de prostitutas", dijo Collins.

Sullivan pidió a los senadores su apoyo para que "continúen creyendo" en el Servicio Secreto y aseguró: "estamos dispuestos a hacer lo que sea para restaurar nuestra reputación".

Entre los cambios que ya ha puesto en marcha está la prohibición de tomar alcohol en las 10 horas anteriores a entrar en servicio y de llevar extranjeros al hotel.

En la misma audiencia el inspector general interino del Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU., Charles Edwards, indicó que su oficina está revisando la investigación que llevó a cabo el Servicio Secreto tras conocerse el escándalo, cuyos resultados espera poder presentar a finales de verano.

Nueve de los agentes investigados han sido apartados del servicio, además, las autoridades están investigando a tres empleados de la Agencia Estadounidense Antidroga (DEA).

EFE