Home

Noticias

Artículo

En mensaje navideño, Papa pide solución a conflictos

Al concluir su mensaje, el Papa deleitó a decenas de miles de peregrinos y turistas que se congregaron en la plaza iluminada por el sol al ofrecer saludos navideños en más de 60 idiomas.

25 de diciembre de 2006

El papa Benedicto XVI instó a encontrar una solución a los conflictos en el mundo, especialmente en el Medio Oriente y Africa, durante su mensaje navideño del lunes que incluyó plegarias por los pobres, los explotados y las personas que sufren.

"Con una aflicción profunda pienso, en este día festivo, en el Medio Oriente, marcado por tantas crisis y conflictos graves, y expreso mi esperanza en que se abrirá el camino a una paz justa y duradera", dijo el pontífice en su tradicional mensaje "Urbi et Orbi" (a la ciudad y al mundo).

El Papa destacó en su mensaje el conflicto israelí-palestino.

"Pongo en las manos del Divino Niño de Belén los indicios de una reanudación del diálogo entre los israelíes y los palestinos, que hemos atestiguado en días recientes, y la esperanza de sucesos más alentadores", añadió Benedicto, quien habló desde el balcón de su despacho a los fieles en la Plaza de San Pedro.

El Papa mencionó también la violencia en Líbano, Irak, Sri Lanka, Darfur y Africa, en un día en que cazabombarderos etíopes atacaron dos aeropuertos de Somalia y en que más personas murieron por atentados suicidas en territorio iraquí.

Juan Pablo II, el antecesor de Benedicto XVI, comenzó la costumbre de revisar sucesos y preocupaciones de la humanidad durante el mensaje navideño.

Horas antes, el Papa celebró la Misa de Gallo dentro de la Plaza de San Pedro.

Luciendo centelleantes vestimentas de oro y una mitra dorada, Benedicto XVI dijo a la multitud que pese a sus éxitos actuales, el mundo sigue necesitando desesperadamente a un salvador.

"Esta humanidad del siglo XXI parece una dueña tan segura y autosuficiente de su destino como defensora ávida de sus triunfos indiscutibles", añadió el Papa. "Pero no es así. La gente sigue muriendo de hambre y de sed, de enfermedades y pobreza, en esta era de consumismo abundante y desbocado".

"Algunas personas siguen esclavizadas, explotadas y despojadas de su propia dignidad; otras son víctimas de odio racial y religioso, afectadas por la intolerancia y la discriminación", dijo Benedicto.

AP