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El Gobierno británico reforma el sistema de prestaciones sociales

El Gobierno británico anunció hoy un plan de reforma y reducción de las prestaciones sociales en el Reino Unido con el que calcula ahorrar unos 5.500 millones de libras (6.540 millones de euros) en los próximos cuatro años.

17 de febrero de 2011

Londres - El primer ministro, el conservador David Cameron, dijo que se trata de los cambios al Estado del bienestar "más fundamentales y radicales" que se hayan llevado a cabo desde que éste se creo tras la Segunda Guerra Mundial.

Básicamente, el plan del Gobierno de coalición conservador-liberaldemócrata, recogido en el proyecto de ley de reforma del sistema de bienestar social, es unificar las diferentes ayudas que ahora existen es una sola subvención universal a partir del 2013, además de crear un "programa del trabajo" para ayudar a los parados a encontrar empleo, que incluye tanto incentivos como sanciones.

Así, las personas que rechacen los trabajos que se les ofrezcan se arriesgan a perder su derecho a recibir ayudas sociales durante tres años.

Según el artífice de esta reforma, el ministro "tory" de Trabajo y Pensiones Ian Duncan Smith, la idea es que trabajar "salga más a cuenta" que estar desempleado y recibiendo ayudas.

Los conservadores parten de la premisa de que mucha gente no trabaja porque se acomoda en el sistema de prestaciones sociales.

Frente a las críticas de la oposición, el Gobierno tuvo que retirar a última hora una medida que proponía recortar en un 10 por ciento la ayuda de vivienda para las personas que estuvieran en paro durante más de 12 meses.

Antes de que se expusiera hoy la propuesta de reforma, el ministro de Economía, George Osborne -que el próximo 23 de marzo presentará su Presupuesto anual-, ya había anunciado la abolición del derecho universal a recibir ayudas por hijos, que ahora sólo se concederán a las familias con ciertos ingresos.

Otras iniciativas que se incluyen en el proyecto de ley presentado son una reevaluación de las ayudas a los discapacitados, una revisión de las bajas por enfermedad y el establecimiento de un límite a las ayudas económicas que puede recibir cada familia.

Cameron dijo en relación con la propuesta que no se trataba solamente de "un ejercicio contable", sino que el objetivo era imponer "un cambio de mentalidad".

La oposición laborista aprueba algunas de las iniciativas planteadas por el Gobierno, pero considera insuficientes las medidas para ayudar a los ciudadanos a encontrar trabajo.

Por su parte, los sindicatos recibieron el proyecto de ley con desconfianza y acusaron al Gobierno de castigar a los desempleados por los errores de gestión de los políticos.

"El número de parados de larga duración se ha duplicado no por un repentino aumento de aprovechados que no quieren trabajar, sino como inevitable resultado de las políticas económicas centradas en hacer recortes que destruyen el crecimiento", declaró el secretario general de la patronal sindical TUC, Brendan Barber.
 
(Efe)