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El campo argentino endurece postura, sigue huelga

25 de marzo de 2008

Buenos Aires.- Las mayores entidades rurales de Argentina, en huelga contra un alza en los impuestos al sector, anunciaron el martes que mantendrán la medida de fuerza hasta "que sea necesario," en el mayor desafío político a la gestión de la presidenta Cristina Fernández.

La huelga, que paralizó la venta de granos y carnes, cumplía su decimotercer día con momentos de tensión en decenas de carreteras del país, donde los productores agrarios instalaron barricadas para impedir la circulación de camiones.

El Gobierno mantuvo su firme posición de no negociar con el sector hasta que no se levante la huelga, que ya está provocando problemas de abastecimiento de leche y carnes en las cadenas minoristas en todo el país.

"Continúa el paro agropecuario (...) ante la falta de respuestas positivas del Gobierno nacional," dijo Eduardo Buzzi, presidente de Federación Agraria Argentina (FAA), en conferencia de prensa.

Hasta el momento, la huelga paralizó la faena de carne, mientras que la mayoría de los exportadores de granos se quedó sin reservas y no puede operar.

"Actualmente la mayoría (de los exportadores) está fuera de operaciones. Porque nos hemos quedado sin stock (reservas). Ni de granos, ni aceites ni harinas," dijo a Reuters Alberto Rodríguez, director del Centro de Exportadores de Cereales.

La huelga presionaba al peso argentino a la baja ante la falta de dólares por la menor actividad exportadora .

Se esperaba que la presidenta Fernández se pronuncie sobre el conflicto a las 18.00 hora local (2100 GMT), durante un acto en la Casa Rosada previsto para anuncios de otra área.

Por la mañana del martes, el ministro de Justicia, Aníbal Fernández, había asegurado que "al Gobierno no se lo condiciona."

Tránsito y alimentos
Uno de los más visibles efectos de la huelga es la complicación en el tránsito, dado que decenas de camiones se mantienen parados al costado de las carreteras.

Si bien los camioneros se mostraron en un principio solidarios con los manifestantes, luego comenzaron a presionar para pasar "sí o sí" y hasta en algunos puntos intentaron desmantelar con sus propias manos las barricadas.

Por la tarde, en muchos puntos, los huelguistas habían cedido para que pasen los camiones con más tiempo de demora.

Los ruralistas dejan transitar a camiones siempre que no transporten productos agrarios, pero en algunos puntos el caos es tal que hasta autobuses con pasajeros son demorados.

"Los camioneros están reclamando que los dejen trabajar y a los tipos no los dejan trabajar porque han cortado las rutas. Y cuando liberan el paso, escucho graciosamente a un señor de la Federación Agraria que dice 'el que lleva comida no pasa,"' dijo a Radio Mitre el jefe de gabinete, Alberto Fernández.

El funcionario apuntó así a lo que podría ser el talón de Aquiles de la protesta agraria, dado que la falta de carne y lácteos en algunos supermercados de Buenos Aires comenzaba a preocupar a la población.

La Liga de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios de la República Argentina denunció que la escasez de productos se está agravando.

"Ha llegado información de las regionales de la Institución distribuidas en todo el país de que se está produciendo desabastecimiento de carne, lácteos y pan en muchos lugares de nuestro país," dijo la entidad en un comunicado.

"En general, los productos faltantes son la carne y algunos lácteos," dijo por su parte una federación que agrupa a pequeños comercios minoristas de alimentos.

"Los faltantes de los productos de primera necesidad tenderán a agravarse en los próximos días, hasta tanto no se solucionen los problemas de fondo que acarrean esta situación que perjudica a la población en general," agregó.

Impuestos
La discusión con los camioneros y el desabastecimiento desviaron el foco de atención sobre la causa inicial de la huelga, que era el alza decidida por el Gobierno en los impuestos a la exportación de soja, girasol y sus derivados.

Esos impuestos, creados en 2002 tras la devaluación del peso como una medida transitoria, son uno de los pilares de la estructura fiscal del Gobierno.

Con el fin de evitar alzas en los valores domésticos de los alimentos y de mejorar la recaudación, el Gobierno cree necesario que el Estado se quede con una parte de la renta extraordinaria que goza actualmente el sector rural por los precios récord de los granos en los mercados internacionales.

 

 

Reuters