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El BID ve dos Latinoamérica, una capitaneada por Brasil y la otra por México

La reciente crisis global ha dejado al descubierto dos tipos de Latinoamérica, una capitaneada por Brasil y la otra por México, con desafíos muy distintos de cara al futuro, dijo hoy el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

27 de marzo de 2011

Calgary - El organismo, que publicó hoy su informe anual sobre la región en el marco de la Asamblea que celebra en Calgary (Canadá), destaca que la reciente crisis ha alumbrado un nuevo "orden" económico global que difiere notablemente del existente antes del 2007.

Ese nuevo orden ha dado un renovado protagonismo a los emergentes, que lideran la salida de la crisis y cuyo empuje contrasta con el lánguido avance de los países industrializados.

Los emergentes acaparan en la actualidad el 75 por ciento del crecimiento en la demanda global, frente al 50 por ciento antes de la crisis.

La nueva realidad, caracterizada por el repunte de las materias primas, la prominencia de los emergentes en el comercio global, bajos tipos de interés y flujos de capital hacia los países en desarrollo ofrece oportunidades y retos a la región, dijo el BID.

El informe precisa, de todos modos, que el "nuevo orden económico global" tiene el potencial de dividir el desempeño de América Latina en dos grupos bien diferenciados.

El primero tiene en Brasil a su mejor exponente y se caracteriza por reunir a países exportadores netos de materias primas, por una gran exposición a los flujos comerciales de bienes y servicios con mercados emergentes y la baja dependencia de las remesas de países industrializados.

En el "grupo brasileño" estarían todos los países de Suramérica: Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela, además de Trinidad y Tobago.

En el otro bando estaría México, junto con América Central y el Caribe. Les une el tener lazos comerciales mucho más estrechos, tanto en bienes como servicios, con los países industrializados, el ser importadores netos de materias primas y el tener una dependencia relativamente alta de las remesas de países industrializados.

El BID hace hincapié en que las actuales proyecciones de crecimiento validan la existencia de dos tipos de Latinoamérica, al otorgar un crecimiento promedio del 4,4 por ciento al "equipo" brasileño y del 2,7 al mexicano.

El organismo multilateral subraya en su estudio que los cambios en la demanda global han tenido un "impacto significativo" en los patrones comerciales en América Latina y el Caribe.

Brasil, por ejemplo, exportaba el nueve por ciento de sus productos en el 2006 a sus socios del conocido bloque BRIC (Rusia, China e India), una cifra que aumentó hasta el 17 por ciento en el 2009, mientras que sus ventas a las naciones industrializadas cayeron al 44 por ciento en el 2009, frente al 50 por ciento del 2006.

La economía mexicana, destaca el informe, tiene un patrón de comportamiento "muy distinto", y es que aunque sus exportaciones al grupo BRIC también aumentaron, sólo representaban el tres por ciento del total en el 2009, mientras que las ventas a países industrializados suponen el 91 por ciento.

El informe señala que el gran desembarco de flujos de capital y los elevados precios de la materias primas hacen que Brasil y los países afines afronten problemas de calentamiento, apreciación de los tipos reales de cambio y un rápido crecimiento del crédito.

Los desafíos de ese grupo pasan por evitar políticas fiscales distendidas por lo que es "importante", subrayó el BID, que retiren rápidamente las medidas de estímulo aprobadas durante la crisis.

Las naciones que pertenecen al "equipo mexicano" deberán, mientras tanto, apostar por la estabilidad macroeconómica, asegurando la viabilidad fiscal y una financiación estable de sus actuales déficit por cuenta corriente.

Además, los cambios en los patrones internacionales de comercio exigen que esos países piensen "de forma creativa" a la hora de rediseñar sus estrategias de producción y comercio para conectar su crecimiento con la locomotora de sus socios emergentes que, recordó el BID, avanza a toda velocidad.

 

EFE