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EE.UU. resurgirá más fuerte de la "hora de la verdad": Obama

25 de febrero de 2009

WASHINGTON  — Frente a una nación al borde del abismo económico, el presidente Barack Obama dijo a los atribulados estadounidenses el martes por la noche que Estados Unidos ha llegado a la abrumadora "hora de la verdad", pero puede resurgir más fuerte con el esfuerzo de todos, compartiendo sacrificios y respondiendo de frente con duras opciones.

"Este es el momento en que debemos tomar control de nuestro futuro", dijo Obama en su primer discurso ante una sesión conjunta del Congreso, sólo cinco semanas después de haber asumido la presidencia.

En medio de una cálida recepción al ingresar al recinto de la Cámara de Representantes, Obama saludó a los legisladores, incluyendo besos en la mejilla a legisladoras, y se detuvo para darle un abrazo a la juez Ruth Bader Ginsburg de la Corte Suprema de Justicia, de regreso al trabajo esta semana después de una operación por un cáncer pancreático.

En un esfuerzo por equilibrar la franqueza con el pragmatismo, Obama admitió que la atribulada economía, la vapuleada confianza y los "tiempos difíciles e inciertos" son una cruda realidad en los hogares y en los negocios de todo el país. Pero, destacó, que "el peso de esta crisis no determinará el destino de esta nación".

Con el pensamiento puesto a plazo más largo, recomendó que cada partido político debe sacrificar sus programas predilectos en un esfuerzo por integrarse a sus objetivos que incluyen mejores escuelas, cobertura de salud para los millones que no la tienen y el uso de un combustible "más verde".

"Esta noche deseo que los estadounidenses sepan lo siguiente: reconstruiremos, nos recuperaremos y Estados Unidos de América resurgirá más fuerte que antes", declaró.

Anticipó que el jueves presentará al Congreso un presupuesto que contiene US$15.000 millones anuales de gasto federal para fomentar las fuentes de energía menos contaminantes que hasta ahora han resultado onerosas como la eólica, la solar, los biocombustibles, el carbón "limpio" y vehículos con motores más eficientes.

Para atender la crisis presente, que se ahonda día a día, Obama dijo que para rescatar a los bancos en problemas se requerirá más de los US$700.000 millones ofrecidos el año pasado. Admitió que los rescates bancarios son impopulares, pero insistió en que era la única manera de que el crédito regresara a las familias y los negocios, el alma de la economía estadounidense.

También pidió al Congreso una pronta legislación para reformar las normas sobre los mercados financieros del país.

"Le pido a este Congreso que se me una para hacer lo que resulte necesario", dijo Obama. "Porque no podemos relegar a nuestra nación a una recesión indefinida".

Sobre las fábricas automotrices que luchan por sobrevivir, Obama dijo que tampoco permitiría su desaparición ni recompensaría "sus propias malas prácticas".

"Creo que la nación que inventó el automóvil no puede alejarse de él", indicó.

Obama habló a una animada mayoría demócrata en el Congreso y una revigorizada minoría republicana, al igual que a millones de ansiosos televidentes en sus viviendas como un popular líder que ostenta gran respaldo para continuar con su programa de gobierno. Pese a las preocupaciones económicas y la falta de apoyo para sus planes de algunos legisladores republicanos, Obama goza de una sólida aprobación en todo el país.

Pero habló en la Cámara de Representantes en momentos en que las malas noticias económicas seguían acumulándose. Se han perdido 3,6 millones de empleos hasta el momento en el empeoramiento de la recesión, que ha costado más empleos después de la Segunda Guerra Mundial. Los estadounidenses han perdido miles de billones de dólares de sus jubilaciones, universidades y cuentas de ahorros, mientras que los mercados bursátiles han bajado a casi la mitad de su máximo nivel de hace 16 meses.

"Lo que se requiere ahora es que todo el país ponga de su esfuerzo, se enfrente enérgicamente a los desafíos que confrontamos y asuma la responsabilidad de nuestro futuro una vez más", destacó.

El tema central de su discurso fue que su plan de reactivación económica, aún en desarrollo, tiene espacio para exigencias, acción simultánea hacia un amplio programa que ayude a millones sin cobertura de salud, que mejore la educación y que establezca el gran camino hacia fuentes de energía alternativa.

Su esperanza era comenzar a persuadir al país de que esos planes a largo plazo de su programa presidencial son tan importantes para el bienestar económico del país como la descongelación del crédito y la reversión de las cifras del desempleo.

"La única manera en que este siglo volverá a ser un siglo estadounidense es si enfrentamos finalmente el precio de nuestra dependencia del petróleo y el alto costo del cuidado de la salud, las escuelas no están educando a nuestros niños y la montaña de deudas que se aprestan a heredar. Esa es nuestra responsabilidad", remarcó Obama.

El mandatario dijo que las respuestas no están más allá del alcance. Señaló que pueden encontrarse en laboratorios, universidades, campos y fábricas. "Todavía poseemos una amplia medida" de las cualidades que han dado grandeza al país, declaró.

Antes del discurso, Wall Street ya estaba de mejor talante que en los días previos. Las acciones subieron considerablemente después que el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, dijo que la recesión podría llegar a su fin este año.

Pero las críticas al discurso de Obama se hicieron escuchar por parte de los republicanos, horas antes de que hubiera pronunciado la primera palabra de su discurso.

El joven gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, que se encargó de dar la respuesta republicana al presidente demócrata, exhortó a sus correligionarios para que sean "los más fuertes aliados" de Obama cuando estén de acuerdo con el mandatario.

Pero dijo que los demócratas en el Congreso son "irresponsables" por aprobar el paquete de estímulo de US$787.000 millones , que los republicanos han criticado como excesivo y derrochador.

Jindal es el primer estadounidense con ascendencia de la India que gobierna un estado y es considerado un aspirante a la presidencia en el 2012.

Obama, el primer presidente negro en la historia de Estados Unidos, no hizo énfasis en la política exterior, en contraste con numerosos informes sobre el Estado de la Unión del ahora ex mandatario George W. Bush. Mencionó la intención de preparar nuevas estrategias para las guerras en Irak y Afganistán y forjar una imagen renovada de Estados Unidos en el mundo, al tiempo que reiteró el propósito de mantener el combate al terrorismo.

Aunque Washington vierte dinero a raudales en la recuperación económica, Obama expresó que el déficit presupuestal, de US$1.300 millones y en aumento, debe ser puesto bajo control.

El mandatario prometió abatirlo a la mitad cuando termine su mandato en el 2013, principalmente con el fin del combate estadounidense en Irak y la eliminación de las reducciones fiscales que entregó Bush a los acaudalados.

 

 

(AP)