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Economía chilena blindada para enfrentar efectos externos

9 de julio de 2008

Santiago de Chile.- La economía chilena resiste a pie firme el alza de los precios internacionales del petróleo y los alimentos y disfruta de una holgura de recursos sin precedentes, impulsada mayormente por los altos precios del cobre.

Su crecimiento está por debajo de lo esperado y hay un brote inflacionario, pero las autoridades sostienen que la economía está en muy buen pie y es capaz de soportar las turbulencias externas. Las estadísticas refuerzan el optimismo oficial: las reservas internacionales ascienden a los 18.000 millones de dólares y el superávit comercial del 2007 alcanzó a los 24.500 millones de dólares, aunque este año se reducirá. Hay además un alto superávit fiscal.

"Gracias a que ha habido un buen manejo de la economía históricamente y que hemos sido responsables con las finanzas públicas, estamos en mejores condiciones que en otros momentos o que otros países", dijo recientemente la presidenta Michelle Bachelet. El director gerente del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn, expresó que "algunos países están mejor preparados para resistir este tipo de crisis y éste es el caso de Chile".

La desaceleración del crecimiento que se observa este año, combinada con un resurgimiento de la inflación, echaron por tierra los vaticinios de comienzos de año de un aumento similar al 5,1% del 2007 y obligaron a corregir las proyecciones. La inflación, que el año pasado llegó al 7,8% y se preveía sería reducida al 4%, se mantiene en un nivel del 9% desde hace doce meses.

El crecimiento del Producto Interno (PIB) estará por debajo del 5% previsto y figuras como Hernán Buchi, quien fue ministro de Hacienda de Augusto Pinochet, pronostican un modesto 4%. "Mi impresión general es que la situación es bastante mediocre, porque básicamente las expectativas que tenemos hoy de proyecciones de crecimiento para 2008 y para los dos años que vienen no son altas", dijo el economista Guillermo Patillo.

Patillo, académico de la Universidad de Santiago, comentó a la AP que las perspectivas para los próximos dos años tampoco son muy halagüeñas. Para 2008 estimó un crecimiento apenas sobre el 4% y para los dos años siguientes en torno al 5%. Para Buchi el menor crecimiento responde a "la acumulación de decisiones erradas por una visión que desconfía de los que emprenden, invierten y emplean". Patillo apunta que las razones del estancamiento se encuentran en los efectos externos, pero también en deficiencias del gobierno.

"Nuestro mayor déficit", sostuvo, "es que hemos sido lentos en innovar en términos de la regulación de los mercados, de la capacitación de la fuerza de trabajo, en la forma en que hemos manejado el tema laboral". El economista socialista Gonzalo Martner coincide en que el actual escenario es de un efecto contractivo de la economía y de una mayor inflación por efecto de los factores externos, como el alza del petróleo y de los alimentos en un país que carece del crudo.

Martner sostiene que debe aumentar en estas circunstancias el gasto público y que éste debe apuntar directamente al crecimiento, aunque es partidario de mantener el superávit estructural que el gobierno se impuso, del 0,5% del PIB. El economista Joseph Ramos, de la Universidad de Chile, destaca que el ahorro fiscal, que el año pasado alcanzó al 8,7% del PIB, es decir 14.453 millones de dólares, "es una de las medidas más importantes tomadas en cualquier país".

Los intereses generados por esos recursos depositados en el exterior han permitido al gobierno conceder aumentos en las pensiones, bonos a sectores más pobres y establecer un fondo de 1.000 millones de dólares para subsidiar los combustibles. Además de un presupuesto de gastos este año por 34.000 millones de dólares con especial énfasis en lo social. Martner, que se declara partidario del gobierno pero más bien escéptico del equipo económico, cree que Chile debiera hacer un uso más inteligente de los cuantiosos recursos que está recibiendo por el alto precio del cobre, el principal producto de exportación chileno.

El cobre, que representa alrededor del 40% de todas las exportaciones chilenas, se cotiza hoy a casi 4 dólares la libra, cuatro veces más que su precio de hace dos años. El economista Tomás Flores, del Instituto Libertad y Desarrollo, de derecha, es tal vez menos drástico con el equipo económico o del gobierno y apoyó la decisión de destinar al ahorro los excedentes generados por el cobre. Aunque considera que decisiones internas han incidido también en el menor crecimiento, Flores respalda la política para superar las restricciones energéticas, una de las trabas para un mayor crecimiento según los expertos.

Su visión a mediano plazo también es favorable: "Chile, a diferencia de Argentina, en dos años más va a tener virtualmente superado o controlado el problema energético por la puesta en marcha de dos centrales eléctricas a carbón y se habrá iniciado la construcción de centrales hidroeléctricas en Aisén", en el extremo austral. A partir del año entrante, además, debe entrar en funciones la primera de dos plantas de regasificación de gas natural licuado, que le permitirán a Chile superar la dependencia del suministro argentino de ese combustible.

 

 

AP