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Demanda millonaria contra lavandería por unos pantalones

El demandante señaló que sólo quiere dos millones de dólares en daños y perjuicios --por su angustia mental e inconveniencias--, aparte de 500.000 dólares por gastos de abogado, también para él pues se representó a sí mismo. El resto de lo que la jueza le quiera otorgar iría a un fondo "para educar a la gente sobre sus derechos bajo la Ley de Protección al Consumidor", añadió.

17 de junio de 2007

Washington.- El cliente siempre tiene la razón, dijo un juez que testificó en su juicio de 54 millones de dólares contra una lavandería que perdió sus pantalones.

El juez administrativo Roy L. Pearson argumentó que está actuando a nombre de residentes de toda la ciudad contra negocios con prácticas desalentadoras. Abogados de la lavandería califican los alegatos de "extravagantes".


Los abogados presentaron el miércoles sus argumentos de cierre, y la juez Judith Bartnoff dijo que fallaría para fines de la próxima semana.

Bajo contrainterrogatorio, Pearson dijo que la Ley de Protección al Consumidor del Distrito de Columbia, bajo la cual está demandando a Custom Cleaners, debía otorgar a cualquier cliente lo que él o ella quiera si un negocio muestra un letrero que dice "Satisfacción garantizada".

Pearson, de 57 años, demandó originalmente a Custom Cleaners por cerca de 65 millones de dólares agregando violaciones de acuerdo a la ley así como por casi dos millones en alegatos de leyes comunes.

El ya no está pidiendo daños y perjuicios relacionados a los pantalones, enfocando sus alegatos en dos letreros colgados en la tienda que ya fueron retirados.

La jueza falló el miércoles que ya no se podía considerar el letrero "Servicio el mismo día", dejando a "Satisfacción garantizada" como el único asunto en cuestión.

Pearson sostiene que Jin Chung, Soo Chung y Ki Chung, dueños del pequeño negocio, cometieron fraude y engañaron a los consumidores porque ellos pusieron letreros pero no satisficieron a varios clientes, incluyéndolo a él.

Pearson dijo que sus problemas con la lavandería comenzaron en mayo del 2005, cuando llevó varios trajes para que le hicieran algunas alteraciones. Un par de pantalones se le perdieron pero luego la lavandería presuntamente los encontró. Pero Pearson no quiso aceptar los pantalones pues dijo que esos no eran los suyos.

 


AP