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Cumbre Iberoamericana pide restitución de Zelaya en Honduras

Los gobernantes de España, Portugal y Latinoamérica condenaron el martes el golpe de estado en Honduras y reclamaron la restitución del presidente depuesto José Manuel Zelaya, pero evitaron cualquier referencia a los resultados del proceso electoral hondureño.

1 de diciembre de 2009

Portugal  —  El texto pactado en la jornada de clausura de la Cumbre Iberoamericana de Portugal no fue aprobado como una de las resoluciones oficiales, sino como un comunicado del anfitrión del encuentro, Portugal, debido al alto nivel de discrepancia en torno a los comicios que el pasado domingo dieron la victoria al candidato Porfirio Lobo.

Los mandatarios exigieron la "restitución de Zelaya en el cargo para el que fue democráticamente elegido hasta completar su período constitucional". Además de condenar el golpe militar del pasado 28 de junio, se comprometieron a contribuir en la búsqueda de un "diálogo nacional" en Honduras para recuperar la normalidad democrática.

A pesar del documento y tras tres días de debates y reuniones diplomáticas al más alto nivel, los líderes de los 19 países latinoamericanos, más España, Portugal y Andorra, fracasaron en el intento de formular una postura común en torno a las elecciones hondureñas, el verdadero punto de la discordia.

"Algunos dirán que (el comunicado) va muy lejos, otros que se queda corto", admitió el primer ministro portugués, José Sócrates.

La falta de consenso sobre Honduras eclipsó la agenda genérica de innovación y desarrollo sostenible de la XIX Cumbre Iberoamericana, celebrada en la localidad portuguesa de Estoril. Una reunión marcada por las numerosas ausencias de presidentes latinoamericanos y el nulo acceso de los medios de comunicación a los debates plenarios del foro.

Ocho de los 22 presidentes convocados no acudieron a la cita de Estoril, mientras que el martes, el presidente brasileño, Luis Inácio Lula da Silva, y su homólogo ecuatoriano, Rafael Correa, se sumaron la lista de bajas.

Lula abandonó la cumbre unas horas antes de lo previsto, oficialmente por problemas de agenda. Brasil lideró, junto a Argentina, el bloque de países más firmes en contra de los comicios y la elección de Lobo como presidente electo de Honduras.

"La postura brasileña sigue siendo la de no reconocer el proceso electoral hondureño", dijo Lula poco antes de viajar a Ucrania.

"Se obtuvo una declaración. No hay que ser mas papistas que el Papa", señaló en rueda de prensa la presidenta argentina, Cristina Fernández. "El respeto al estilo democrático, especialmente en América Latina, tiene una historia trágica y por ello debemos defender la democracia incondicionalmente".

La división se hizo más evidente con el comunicado emitido al margen de la Cumbre por la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), el organismo regional liderado por Venezuela, rechazando el resultado de los comicios hondureños.

"El Alba reafirma que sus gobiernos no reconocen las elecciones conducidas por el gobierno de facto en Honduras, las cuales son ilegales, ilegítimas y no pueden ser aceptadas por la comunidad internacional", dijo la resolución.

En el polo opuesto, Colombia, con su presidente Alvaro Uribe a la cabeza, Costa Rica y Panamá dieron su visto bueno a las elecciones y a la victoria de Lobo, mientras que España, México y Chile se situaron en un punto intermedio.

El presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, reiteró que no reconoce las elecciones, pero tampoco puede ignorar su resultado. Además, abogó por un gran pacto nacional y un diálogo entre todos los actores políticos de Honduras para restituir el orden constitucional.

"Ha habido un gran debate", reconoció Zapatero. "Hay que restituir la legitimidad. En lo que hay discrepancias es sobre el futuro inmediato".

La representante de Honduras en Estoril, Patricia Rodas, canciller del gobierno depuesto de Zelaya, subrayó el consenso de la Cumbre exigiendo el regreso al poder de Zelaya y aseguró que sólo algunos países, a la sombra de Estados Unidos, vetaron un documento más ambicioso de la comunidad iberoamericana en contra de los comicios.

Con la página de Honduras todavía a medio escribir, la ausencia del presidente venezolano, Hugo Chávez, relegó a un segundo plano la tensas relaciones entre Colombia y Venezuela a cuenta del convenio de cooperación entre Colombia y Estados Unidos para que militares estadounidenses utilicen bases colombianas en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo.

No obstante, los países del Alba emitieron otro comunicado propio, instando a Colombia a "desistir" del acuerdo militar con los Estados Unidos y rechazando la instalación de bases extranjeras en América Latina y el Caribe.

Después de dos días de discusiones a las que, a diferencia de años anteriores, la prensa no tuvo acceso de ningún tipo, los líderes regionales aceptaron combatir el cambio climático y acordaron promover la investigación e incentivar la formación de talentos a uno y otro lado del Atlántico.

Además, en las resoluciones especiales, apoyaron el aumento de capital para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que podría aprobarse en la asamblea de gobernadores del próximo marzo, para financiar proyectos en la región y responder de una forma más rápida y eficaz a la crisis económica internacional.

Finalmente, Portugal entregó la presidencia temporal iberoamericana a Argentina, que albergará en 2010 la 20ma Cumbre Iberoamericana en Mar del Plata, dedicada a la educación.

(AP)