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Cumbre entre Europa y Latinoamérica arranca sin Uribe y Castro

Es la primera vez que una Cumbre entre la UE y Latinoamérica no se celebra en Iberoamérica o en España, y en la que se logra concretar a 60 jefes de Estado y Gobierno de 60 países.

10 de mayo de 2006

Con un ambiente de incertidumbre por los planes trazados entre las dos regiones, arrancará mañana la IV Cumbre UE-América Latina y Caribe.  El lema de la Cumbre es "Reforzar la asociación estragética entre la Unión Europea y América Latina y el Caribe", más que una afirmación una promesa incierta ya que en Viena,  nadie apuesta a que se pueda culminar la negociación del Acuerdo de Asociación con Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, y ahora Venezuela), ni por que se dé a la Comisión Europea un mandato para abrir negociaciones formales con la Comunidad Andina de Naciones (Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia), tras la marcha de Venezuela).

El mandatorio colombiano, Alvaro Uribe, será, junto a su homólogo cubano, Fidel Castro, el único presidente de la región que no asistirá a la Cumbre. La canciller colombiana, Carolina Barco, informó que el presiente no asistirá ya que la presencia de Uribe en el país en estos momentos es crucial.  Las elecciones presidenciales que se celebran en tres semanas son la principal razón.  Tanto Colombia como Cuba estarán representados por sus vicepresidentes, Francisco Santos y Carlos Lage, respectivamente.

El secretario de Estado para la UE, Alberto Navarro, afirmaba la semana pasada que ante la crisis de la CAN hay países en la UE que empiezan a ser partidarios de negociar acuerdos país por país.
 
En contraste con el limbo que es un acuerdo con Suramerica,  es posible que en Viena los Gobiernos decidan dar a la Comisión un mandato formal para abrir negociaciones para un Acuerdo de Asociación con Centroamérica. Los acuerdos de asociación incluyen liberalización comercial, diálogo político y cooperación.
 
Pese a la falta de avances en materia comercial, el secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias, subrayaba hoy la importancia del mero hecho de que se celebre, ya que reunirá a casi 60 jefes de Estado y Gobierno de 60 países --33 de Iberoamérica y el Caribe y 27 europeos--, casi un tercio de los países del mundo, que representan casi un 25% del Producto Interior Bruto (PIB) mundial.
 
Además, es la primera vez que una Cumbre entre la UE y Latinoamérica no se celebra en Iberoamérica o en España, es también la primera tras la ampliación al este, y pese a ello está prevista la asistencia de prácticamente todos los mandatarios. Por el lado europeo sólo faltará el primer ministro holandés, Jan Peter Balkenende. 
"Hay una sensación que la Latinoamérica ha perdido relevancia, interés entre los europeos, pero esta reunión es la ratificación de que hay intereses muy importantes entre ambas regiones", declaró Iglesias, precisando que Europa es el primer inversor en Latinoamérica, el primer donante de ayuda y el segundo socio comercial.
 
Así, se espera que europeos y latinoamericanos hagan en Viena una apuesta conjunta por el multilateralismo y la legalidad internacional, por la lucha contra la pobreza y la cohesión social, además de por la democracia y los Derechos Humanos.

Iglesias subrayó hoy que la UE "tiene mucho que ofrecer" a América Latina sobre cómo construir cohesión social y luchar contra la pobreza, y confió en que la Cumbre sirva para dar un nuevo impulso a la integración económica regional. Además, recalcó que en materia de cooperación a Latinoamérica le interesa ir más allá de los temas meramente comerciales y cooperar en formación, sobre todo de recursos humanos.
 
Dado que a la Cumbre asistirán unos 60 mandatarios, la presidencia austriaca de la UE ha decidido organizar el debate en tres mesas que tratarán los mismos temas en paralelo y ha encargado a algunos dirigentes abrir los debates. Zapatero y la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, serán los encargados de abrir el debate vespertino de una de las mesas, y se concentrarán en cuestiones de igualdad social y lucha contra la pobreza.