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Cuba tacha de provocación y ofensa reunión de funcionarios EU y disidentes

El Gobierno de Cuba denunció hoy que la reunión mantenida este jueves en La Habana entre altos funcionarios de Estados Unidos y un grupo de disidentes supone una "abierta provocación", una "ofensa" y una "injerencia".

13 de enero de 2011

La Habana - Esta acción confirma una vez más que no hay cambios en la política de subversión e injerencia de los Estados Unidos en los asuntos internos de Cuba y que su prioridad sigue siendo alentar la contrarrevolución interna y promover actividades de desestabilización", afirmó el Ministerio de Relaciones Exteriores cubano en un comunicado.

En su nota, la Cancillería cubana tilda a los disidentes como "un grupo de mercenarios cuyas actividades contra el orden constitucional cubano son dirigidas y financiadas por el Gobierno de los Estados Unidos".

Una delegación de funcionarios estadounidenses encabezada por la subsecretaria de Estado adjunto para el Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson, se reunió este jueves en La Habana con doce disidentes, después de haber celebrado ayer la cuarta ronda de diálogo migratorio con autoridades cubanas.

El Ministerio de Exteriores cubano indica que, antes de la ronda migratoria, trasladó "claramente" a los representantes de EE.UU. su rechazo a "cualquier intento de utilizar esta visita de carácter oficial a Cuba para realizar actividades ofensivas e irrespetuosas" hacia la isla.

La Habana también ratifica que "no tolerará injerencia alguna de los Estados Unidos en los asuntos internos de Cuba y utilizará todos los mecanismos políticos y legales a su alcance para enfrentarla".

Esta situación es similar a la que se produjo en febrero de 2010, durante la segunda reunión migratoria entre ambos países que tuvo lugar en La Habana, donde los representantes de Washington se reunieron también con miembros de la disidencia interna.

En aquella ocasión, el Gobierno cubano también emitió una nota de protesta por ese encuentro.

Durante su estancia en Cuba, la subsecretaria Jacobson ha podido reunirse, además, con el contratista estadounidense Alan Gross, detenido en la isla desde hace más de un año por distribuir tecnología a una comunidad judía y a quien La Habana acusa de espionaje, aunque no ha presentado cargos en su contra.

Estados Unidos, que ha negado reiteradamente las acusaciones contra Gross, ha aprovechado la reunión migratoria para pedir a Cuba la liberación inmediata del contratista.

 

(EFE)