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Cuba ahorra US$1.000 millones en energía

15 de abril de 2008

La Habana.- Cuba desarrolla un conjunto de medidas para racionalizar la generación y el consumo de energía, que ha permitido eliminar los apagones y ahorrar 1.000 millones de dólares entre 2006 y 2007.

"Si cuando tuvimos los grandes apagones en 2004 hubiéramos apostado por simplemente reponer termoeléctricas, al día de hoy no hubiéramos arrancado la primera", dijo en entrevista con AP, el viceministro de la Industria Básica, Juan Manuel Presa, quien encabezó una reunión de expertos de la regional empresa Petrocaribe sobre uso racional de energía.

La isla comenzó en 2005 un proceso de reestructuración del sector que incluyó la descentralización de los generadores y un plan de racionalización del consumo. Entre 2006 y 2007 se cambiaron 9 millones de bombillos domésticos incandescentes por ahorradores, 2,3 millones de refrigeradores, 1 millón de ventiladores y 182.000 aires acondicionados.

Con ello la isla se ahorró "más de 1.000 millones de dólares" en gastos de combustible, expresó el funcionario.

Cuba produce 4 millones de toneladas de petróleo anuales (cada tonelada equivale a poco más de seis barriles con un precio unitario superior a 100 dólares), casi el 50% de sus necesidades y el resto lo obtiene de un acuerdo preferencial con Venezuela. Por tanto, el ahorro del programa energético correspondió a la mitad de los producido en un año.

"Es realmente algo muy significativo", señaló el viceministro.

Ahora las autoridades se encaminan a ajustar el sector estatal, que corresponde al 49% del consumo y agrupa tanto industrias como comercios y dependencias públicas. Allí se identificaron 1.700 grandes consumidores.

Hasta el 2005 Cuba generaba electricidad a través de 11 termoeléctricas la mayoría con tecnología de la ex Unión Soviética.

Tras una crisis que amenazó con sacar a los cubanos a la calle en protestas --ese año hubo 224 apagones--, las autoridades decidieron lanzar su "revolución energética".

"Hoy la capacidad instalada supera los 4.500 megavatios... ha crecido un 50% de la que teníamos en 2004. Con una disponibilidad mayor. Antes la disponibilidad era de 60%. Hoy supera los 70%", informó Presa.

El primer efecto positivo sobre el Sistema Energético Nacional les permitió entregar a la población ollas y hornillas eléctricas para sustituir la cocción rústica. "El 75% de la población en Cuba cocinaba con kerosina, que además era insuficiente", explicó.

La medida significó también un ahorro en los combustibles que se entregaba para uso doméstico a la gente.

"Las centrales tradicionales (termoeléctricas) se mantienen, las iremos desactivando... La (reciente) generación distribuida tienen múltiples ventajas, son unidades nuevas, de calidad. Es una tecnología madura", dijo el viceministro.

Asimismo, se puso en marcha un proyecto de modernización de redes por unos 300 millones de dólares y que está al 60% de su ejecución, agregó.

También se activó un programa de energías alternativas que es poco significativo todavía pero muy prometedor, al punto que si Cuba encontrara petróleo abundante en el Golfo de México, como se pronostica, seguiría desarrollando estas fuentes, aseguro Presa.

 

 

AP