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Carlos Fuentes arremete contra Hugo Chávez

Fuentes dijo el martes en declaraciones a la cadena Televisa que espera que Chávez no se entrometa en la sucesión que haya en el poder en Cuba, pero deseó que tampoco lo haga el presidente estadounidense George W. Bush, quien a su juicio habla "como si él fuera dueño del futuro" de la isla.

27 de noviembre de 2007

México.- El escritor mexicano Carlos Fuentes arremetió contra el presidente venezolano Hugo Chávez, a quien calificó de un "demagogo" que se viste de Benito Mussolini y seduce a ciertas personas porque las democracias latinoamericanas aún no han resuelto los problemas sociales como la pobreza.

 

El autor de textos como "Aura" y "La Silla del Aguila" también se puso del lado del rey Juan Carlos de España, quien en la pasada Cumbre Iberoamericana en Chile demandó a Chávez que se callara mientras sostenía un intercambio verbal con el mandatario español José Luis Rodríguez Zapatero.

"Tengo muchos amigos que critican al rey por haber hablado de esa manera; yo estoy a favor de lo que dijo el rey: era tiempo de que alguien le callara la boca a Chávez. Yo hubiera hecho lo mismo que el rey", dijo Fuentes en la entrevista realizada en el marco de la 21 Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

Consideró que luego de que América Latina pasó de dictaduras "atroces" y "asesinas" a democracias, éstas no han sido capaces de enfrentar el gran problema social que es la pobreza, en la cual se encuentran 194 millones de personas según cifras de la Cepal.

Cuando no se aborda ese problema, dijo, la gente oye el canto de la sirena.

"Aparece este demagogo que se llama Hugo Chávez con su boina colorada, vestido de Mussolini, en un balcón, y empieza a seducir gente con su canto de sirena", señaló Fuentes.

Dijo que lo mismo ocurre en Bolivia con Evo Morales, aunque tiene "reivindicaciones mucho más serias", y en Ecuador con Rafael Correa.

Sobre Cuba, dijo que en algún momento se dará la sucesión en el poder y "hay la posibilidad de que Raúl Castro le de un nuevo tono, un nuevo giro a las instituciones políticas".

Confió que sean los propios cubanos los que forjen su destino, y no Chávez ni Bush.

 

 

AP