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Bush: "E.U. tiene una adicción al petróleo"

El mandatario promovió la construcción de nuevas plantas de energía nuclear y el incremento en el uso de la energía solar, eólica y las así llamadas tecnologías de "carbón limpio".

1/2/06
16 de enero de 2006

El presidente George W. Bush dijo el martes en su discurso del Estado de la Nación que "Estados Unidos tiene una adicción al petróleo" y debe romper su dependencia del suministro extranjero en regiones inestables del mundo.

En su informe anual, Bush reforzó la promesa central de su discurso inaugural: "Nuestra nación está comprometida con una meta histórica a largo plazo: buscamos el fin de la tiranía en nuestro mundo. La seguridad de Estados Unidos en el futuro depende de ello".

Además, solicitó un mayor gasto federal en investigación científica básica y más dinero para la educación en ciencia y matemáticas.

El presidente propuso entrenar a 70.000 profesores para que impartan clases de ciencia y matemáticas avanzadas en secundaria.

Bush abordó los problemas internos y trató sobre de temas internacionales. Señaló que la nación necesita fortalecer su competitividad en la economía mundial.

"La economía estadounidense es preeminente pero no podemos darnos el lujo de la complacencia", afirmó el mandatario. "En una economía mundial dinámica, estamos presenciando nuevos competidores como China y la India".

"Nuestra gran ventaja en el mundo siempre ha sido nuestro pueblo educado, trabajador y ambicioso, y vamos a conservarla", dijo.

Con la guerra en Irak a punto de entrar en su cuarto año y más de 2.240 soldados estadounidenses muertos en el conflicto, Bush .subrayó que el país no debe flaquear en lo que llamó el frente central del combate al terrorismo.

"En una época de prueba no podemos hallar seguridad al abandonar nuestros compromisos y retirarnos dentro de nuestras fronteras", comentó. "Si dejáramos solos a estos atacantes bárbaros, ellos no nos dejarían en paz. Simplemente trasladarían el campo de batalla a nuestras propias costas".

Obstaculizado por enormes déficit en el presupuesto y la impopular guerra en Irak, Bush ofreció iniciativas modestas para enfrentar los crecientes costos de los energéticos y los servicios de salud, así como la dependencia del país del suministro de petróleo extranjero.

"Estados Unidos tiene una adicción al petróleo, que con frecuencia es importado de regiones inestables del mundo", indicó. "La mejor forma de romper esta adicción es por medio de la tecnología".

Los precios del petróleo se acercan poco a poco a los 70 dólares por barril, y la meta presidencial de reducir la dependencia del suministro extranjero ha sido planteada por la Casa Blanca desde hace décadas, pero nunca se ha hecho efectiva.

La propuesta principal de Bush es incrementar la investigación federal en combustibles alternos, como el etanol obtenido a partir de malas hierbas o virutas de madera, en lugar de maíz.

El mandatario promovió la construcción de nuevas plantas de energía nuclear y el incremento en el uso de la energía solar, eólica y las así llamadas tecnologías de "carbón limpio".

En torno a los servicios de salud, el mandatario señaló que el gobierno "tiene la responsabilidad de proporcionar servicios de salud a los pobres y ancianos, y la estamos cumpliendo. Para todos los estadounidenses, debemos confrontar el creciente costo de los cuidados médicos... fortalecer la relación médico-paciente... y ayudar a la gente a poder pagar el seguro que buscan".

Cuando faltan tres años para que deje el cargo, Bush se presentó ante la nación como un presidente políticamente debilitado después del año más difícil de su gobierno.

Con los estadounidenses nerviosos por la economía, cansados de la guerra en Irak y molestos con la respuesta del gobierno ante la tragedia provocada por el huracán Katrina, el índice de aprobación de la labor de Bush se encuentra entre el 35 y el 45%.