Home

Noticias

Artículo

Bush espera que el pueblo cubano designe al sucesor de Castro

Estados Unidos rompió las relaciones diplomáticas con Cuba en 1961, dos años después de que la revolución armada de Castro terminó con el gobierno del dictador Fulgencio Batista que Washington apoyaba. Los subsecuentes embargos al comercio y los viajes han prohibido que los empresarios estadounidenses operen en una economía que antes dominaron, y poco estadounidenses han visitado Cuba.

7 de marzo de 2007

Washington.- El presidente George W. Bush dijo que cuando Fidel Castro muera, su gobierno comunista debe seguir el mismo camino.

"Cuanto tiempo permanezca en la tierra, esa es una decisión que será tomada por el Todopoderoso", manifestó Bush a periodistas extranjeros el martes en vísperas de comenzar una gira de una semana por América Latina.

"No sé cuánto tiempo (Castro) vaya a vivir. Pero sin embargo sí creo que el sistema de gobierno que él le ha impuesto al pueblo no debe vivir si eso es lo que el pueblo decide", dijo Bush.

Castro tiene problemas de salud a sus 80 años de edad. Durante 47 años ha dirigido un gobierno comunista a unas cuantas decenas de kilómetros de Estados Unidos. El gobierno de Bush sigue esperanzado en que su muerte sea seguida por una reforma democrática popular, pero hasta ahora la decisión de Castro de transferir el poder a su hermano menor, Raúl, ha transcurrido sin contratiempos.

Bush dijo que el futuro de Cuba no debe basarse en el hecho de que "alguien es el hermano de alguien".

"Lo que espero que suceda es que todos juntos insistamos en que la transición no signifique la transición de una figura a otra, sino que la transición sea de un tipo de gobierno a un tipo diferente de gobierno", enfatizó Bush en posible alusión al papel que los países latinoamericanos pueden tener para llevar a Cuba a la democracia.

"Creemos que el pueblo cubano debe tomar la decisión para el futuro", dijo.

Bush comienza el jueves la gira que lo llevará a Brasil, Uruguay, Colombia, Guatemala y México. El viaje tiene el propósito de mostrar que Bush no ha soslayado a Latinoamérica. El presidente de Estados Unidos pretende concentrarse en agendas comunes sobre comercio, energía e inmigración.

El mandatario dijo que el periplo enviará también un mensaje al pueblo de su propio país. Afirmó que los estadounidenses deben valorar el envío de miles de millones de sus dólares al extranjero para ayudar a que los pobres reciban educación y atención médica. "En un país donde existen tendencias de aislamiento _donde a veces la gente dice que no es nuestro problema_ el presidente tiene que estar recordando constantemente a la gente que la pobreza en nuestra vecindad es nuestro problema", manifestó.

Bush también abordó con los periodistas varios temas relacionados con otros países de América Latina. Aseguró que el modelo de intervención gubernamental que profesa el mandatario de Venezuela Hugo Chávez genera más pobreza. Estados Unidos llevará el mensaje de "abrir mercados y abrir el gobierno" a la región, indicó.

Bush apoyó al presidente de Colombia Alvaro Uribe, que enfrenta un escándalo político por los vínculos entre su círculo político y las milicias derechistas. "A mi juicio, el presidente Uribe ha hecho un trabajo fabuloso al frente de ese país", dijo y afirmó que ha recibido seguridades del gobernante colombiano de que el caso será procesado en forma exhaustiva y justa.

Señaló que en la visita a México tratará la necesidad de un nueva política sobre la inmigración en Estados Unidos. Su planteamiento, rechazado por algunos dirigentes de su propio partido, prevé un programa de trabajadores huéspedes y la posibilidad de entregar la ciudadanía a indocumentados. El plan "nos ayudará a desmantelar que ha crecido, que usa a los humanos como mercancía, como cosa", dijo. "La industria que ha crecido a causa de la actual ley de inmigración, es inhumana", indicó Bush.

 

 

AP