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Brasil advierte de un "gran desastre" si no se renueva el Protocolo de Kioto

"Si no logramos el segundo periodo de compromiso de Kioto vamos a tener una situación literalmente dramática para las negociaciones multilaterales", afirmó Correa do Lago en Durban (Sudáfrica).

1 de diciembre de 2011

Si el Protocolo de Kioto, que expira a finales de 2012, no se renueva en la XVII Cumbre de la ONU sobre el Cambio Climático (COP17) de Durban, será "un gran desastre" para el multilateralismo, advirtió hoy en una entrevista con Efe el jefe de la delegación de Brasil, el embajador André Correa do Lago.

El Protocolo de Kioto, firmado en 1997 y en vigor desde 2005, estableció compromisos legalmente vinculantes de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero para 37 países desarrollados, con la excepción de Estados Unidos.

El Protocolo vence en 2012 y los negociadores tratan de acordar un segundo periodo de compromiso que sirva de transición a un nuevo acuerdo internacional jurídicamente vinculante.

Rusia, Japón y Canadá han adelantado su intención de no renovar el tratado mientras competidores comerciales como China, India o EEUU no asuman compromisos similares.

"Brasil -subrayó el embajador- considera que los esfuerzos hacia un segundo periodo de compromiso del Protocolo de Kioto es una prioridad absoluta".

"Para que esta realidad -explicó- sea posible, tenemos que encontrar equilibrios. Lo que es muy difícil, porque como EEUU no está en el Protocolo de Kioto, tener un resultados equilibrado necesita algún tipo de movimiento de EEUU en la negociación".

El gigante latinoamericano considera que la conferencia de Durban no puede permitirse el lujo de acabar sin ofrecer un avance en ese área, pues "ésta es hoy la negociación más importante del mundo", habida cuenta de que el proceso de la Ronda de Doha para la liberalización del comercio mundial está "parado".

"Con Doha parado -aseveró-, si tenemos una sensación de que tampoco podemos avanzar en el cambio climático, esto va a ser un gran desastre para todo el multilateralismo".

Preguntado por la duración del segundo periodo de compromiso del tratado, el embajador respondió que "Brasil negocia esto en el contexto del G77 (países en desarrollo y emergentes) y China, que tiene como posición que sean cinco años", aunque es "flexible".

La Unión Europa (UE) ha propuesto una hoja de ruta para elaborar un nuevo tratado que, firmado en 2015 y aplicado en 2020, obligue no sólo a países desarrollados, sino también a emergentes como China (principal emisor de gases del efecto invernadero) o Brasil.

El jefe negociador brasileño califica ese tipo de propuestas de "maximalistas en su origen" y defiende "el principio de la responsabilidades comunes pero diferenciadas".

En su opinión, "por más que países como Brasil, India o China hicieran progresos muy grandes en el combate de la pobreza, seguimos siendo países en desarrollo. No tiene ningún sentido que tengamos las mismas obligaciones que los países que ya están desarrollados".

Otro asunto que centra la atención en Durban es el Fondo Verde para el Clima (FVC), acordado en la anterior cumbre (COP16) de 2010 en la ciudad mexicana de Cancún, que pondrá en manos de los países en desarrollo 100.000 millones de dólares anuales a partir de 2020 para ayudarles a girar hacia energías más limpias.

Cancún designó un Comité de Transición para diseñar los mecanismos del Fondo, que canalizará aportaciones de los países ricos hacia los países en desarrollo.

Sin embargo, Brasil "no está satisfecho" con el informe del Comité, debatido ayer en la sesión plenaria de la COP17, pues teme que se "permita una disculpa para que los fondos no aparezcan".

El borrador del Comité propone, entre otros puntos, que el Banco Mundial actúe de administrador interino del Fondo sujeto a una revisión tres años después de que esa bolsa de dinero sea operativa.

"No estamos contra el Banco Mundial. Lo que pasa es que no queremos que eso sea el punto principal" de la negociación del FVC, apuntó el negociador brasileño.

"La posición de Brasil -aclaró- es que primero tenemos que resolver la relación del Fondo con la COP (Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático) y la relación del Fondo con los deseos de los países individuales".

Pese a los desacuerdos y obstáculos en las negociaciones, el embajador cree que en la cumbre de Durban, que se celebra del 28 de noviembre al 9 de diciembre, hay que "tener la responsabilidad de encontrar soluciones ambiciosas y efectivas".

"Porque hay -concluyó- una expectativa muy grande no sólo de los resultados específicos de acá, sino también de la capacidad de los países de trabajar juntos".

EFE