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Biocombustibles de la UE, presionados por dudas ambientales

La industria de los biocombustibles de la Unión Europea (UE) podría tener dificultades para atraer fondos que le permitan expandirse, ante un clima de inversión desafiante que se complicó aún más por las dudas sobre las credenciales ambientales del sector.

9 de diciembre de 2010

Londres.- La crisis económica de la zona euro está sintiéndose en momentos en que los productores de biocombustibles deben esforzarse para conseguir incentivos financieros a medida que se ajustan cada vez más los presupuestos de los Gobiernos.

En Alemania, el Gobierno de coalición elegido a fines del 2009 dijo inicialmente que reviviría a la industria de los biocombustibles. Pero luego congeló los impuestos al sector, más que disminuirlos, y redujo los planeados incrementos en los niveles de mezcla.

"Actualmente el panorama para la industria del biodiésel es bastante desesperanzador a menos que haya una corrección en el nivel de impuestos", dijo Peter Schrum, presidente de BBK, la asociación de biocombustibles de Alemania.

Los biocombustibles, que actualmente se producen principalmente a partir de los granos, aceites vegetales y cultivos de azúcar, son vistos por sus partidarios como una manera de reducir las emisiones de los gases de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático.

La UE inicialmente adoptó de buen grado a los biocombustibles, estableciendo una meta de que el 10% de todos los combustibles usados en el transporte deberían provenir de fuentes renovables hacia el 2020.

Los biocombustibles son, por lejos, la fuente de combustibles renovables más importante.

Sin embargo, las credenciales ambientales del sector han sido cuestionadas, con el desarrollo de un concepto conocido como "cambio indirecto del uso de la tierra" (ILUC, por sus siglas en inglés), que sugiere que algunos biocombustibles de hecho podrían conducir a un incremento en las emisiones del calentamiento climático.

Bosques quemados

La Comisión ejecutiva de la UE ha respondido con la realización de 15 estudios sobre el nuevo concepto, que se centra en las preocupaciones de que la expansión de los biocombustibles pueda llevar indirectamente a la quema de bosques para expandir la frontera agrícola.

Esto podría conducir a una liberación extraordinaria de millones de toneladas de carbono y llevar a los ambientalistas y muchos políticos a buscar algún tipo de desincentivo aplicado a los biocombustibles derivados de cultivos para alimentación, para reflejar ese impacto.

Fuentes de la UE dicen que un reporte de estrategia de la Comisión, que saldrá a fines de año, no contendrá medidas concretas. En cambio, propondrá evaluaciones adicionales, más detalladas del impacto para julio del 2011, y posiblemente una propuesta de una nueva legislación posteriormente.

Entonces, cualquier propuesta en ese sentido tardaría al menos un año para convertirse en ley.

"Si uno está entrando en un mercado de dinero difícil, y el ambiente regulatorio resulta poco claro, entonces ellos (los potenciales inversores) dirán 'no'. Es muy simple", dijo Clare Wenner, de la Asociación de Energía Renovable de Gran Bretaña.

Alwyn Hughes, presidente ejecutivo de la firma británica de biocombustibles Ensus, ha dicho que se necesita un marco de políticas claro que favorezca a los biocombustibles que ofrezcan los mayores beneficios ambientales.

"La industria (de biocombustibles) está siendo frenada por la falta de una discriminación robusta entre lo que es bueno y lo que es malo", dijo Hughes a Reuters en una entrevista el mes pasado.

En Francia, nuevas normas sobre la sustentabilidad de los biocombustibles entrarán en vigor el 1 de enero, aunque en Gran Bretaña, un esquema similar, establecido por la Directiva de Energías Renovables de la UE, ha sido aplazado mientras se realizan estudios del tema ILUC.

Requisitos ambientales más estrictos podrían reducir la rentabilidad en el corto plazo pero podrían servir para garantizar un futuro a la industria en momentos en que algunos grupos "verdes" debaten intensamente los biocombustibles.

REUTERS