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Argentina: Gobierno pierde control de Congreso, revés de Kirchner

"Hemos perdido por muy poquito, hemos luchado con toda nuestra dignidad en la provincia de Buenos Aires", dijo el ex mandatario ocho horas después de cerrada la votación desde su centro de campaña.

29 de junio de 2009

Buenos Aires.- El ex presidente Néstor Kirchner admitió la derrota sufrida en la provincia de Buenos Aires en las elecciones legislativas del domingo que, sumada a los resultados adversos en otros distritos clave del país, puso fin al control del Congreso que el oficialismo ejercía desde 2003.

Escrutado el 91% del total de las mesas de votación de la provincia de Buenos Aires, el magnate Francisco De Narváez, candidato a diputado por la alianza de derecha Unión-Pro, tenía el 34,5% de los sufragios seguido por Kirchner con el 32,2%.

A la derrota del Frente para la Victoria (FPV) en el principal distrito electoral del país se sumaron las de la ciudad de Buenos Aires y las provincias de Córdoba y Santa Fe, con lo que el gobierno de la presidenta Cristina Fernández cedió el quórum propio en la Cámara de Diputados y en el Senado cuando restan dos años para el final de su mandato.

"Con el pasar de los días cada uno irá haciendo la evaluación de los aciertos y los errores que se han sucedido", dijo Kirchner.

"Todas aquellas fuerzas que dijeron que era importante un Congreso más compartido ahora deberán garantizar la gobernabilidad", añadió.

De Narváez, por su parte, celebró su victoria.

"Se ha derrotado a la vieja y mala política", dijo el dirigente nacido hace 55 años en Colombia. "Yo les dije que un día íbamos a cambiar la historia y ese día es hoy".

Estos comicios, en los que se renovó la mitad de las 257 bancas de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado, de 72 escaños, fueron determinantes para el matrimonio Kirchner, que además del control parlamentario puso en juego su futuro político.

Según analistas, la caída en el caudal de votos obtenidos por el oficialismo respecto de los comicios legislativos de 2005 es un síntoma del desgaste político sufrido por el kirchnerismo en coincidencia con una desaceleración de la economía tras crecer a más del 7% desde 2003. El golpe electoral le restaría posibilidades a una eventual reelección de Fernández o la postulación de Kirchner en las elecciones presidenciales de 2011, estiman analistas.

También podrían surgir cuestionamientos al liderazgo de Kirchner como titular del poderoso Partido Justicialista (peronista), no sólo de peronistas disidentes sino de partidarios aliados que reclamen mayor injerencia en la toma de decisiones dentro de esa fuerza. El resultado, sin embargo, tampoco marca un triunfo claro de la oposición, que continúa atomizada y sin una figura de peso clara.

De Narváez, Kirchner y los demás legisladores electos en todo el país asumirán su banca recién el 10 de diciembre. Ante un electorado adverso en buena parte del interior del país, Kirchner apostó todos sus recursos en la provincia de Buenos Aires, donde el oficialismo arriesgó 20 bancas de diputados, apoyándose en las "candidaturas testimoniales" del gobernador Daniel Scioli y de varios alcaldes, quienes no confirmaron si asumirán la banca.

Pese a su retórica "nosotros o el caos" a la que apeló durante la campaña y a la capacidad de movilización del aparato peronista bonaerense, al ex presidente no le bastó para vencer a De Narváez.

En la capital, Gabriela Michetti, candidata del alcalde Mauricio Macri --de la misma fuerza de De Narvaéz-- se imponía con el 31,1%, seguida por el cineasta Fernando Pino Solanas con 24,2%, escrutado el 99% de las mesas. El kirchnerismo estaba cuarto con 11,6%. En Córdoba, el FPV se ubicaba también cuarto con el 9,1%, después de contarse los votos en el 99% de las mesas. Y en Santa Fe, el peronista disidente y ex corredor de Fórmula Uno Carlos Reutemann sacaba casi 35 puntos de diferencia al postulante kirchnerista.

Aunque con menos peso en el mapa electoral pero igualmente simbólica fue la derrota del oficialismo en la patagónica provincia de Santa Cruz, natal del ex presidente Kirchner.

 

AP