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Argentina: Crisis energética demorará años en solucionarse

Según los expertos, la oferta energética recién se recuperaría en 2011, cuando se pongan en marcha varios proyectos de desarrollo gasífero y eléctrico.

11 de enero de 2008

Buenos Aires.- Las altas temperaturas del verano austral y el consecuente aumento en la demanda de energía no tardaron en hacer llegar los cortes de electricidad a la Argentina.

Y aunque el gobierno lanzó un plan de uso racional de los recursos energéticos, los especialistas sostienen que el problema persistirá por varios años, si no se toman medidas de largo plazo.

En diciembre, 11 días después de asumir la presidencia, Cristina Fernández anunció un programa de uso racional de la energía que incluyó el cambio del huso horario --adelantado en una hora para aprovechar la luz solar--, la sustitución 25 millones de lámparas por otras de bajo consumo, el fin de la iluminación callejera ornamental, que los equipos de aire acondicionado de los edificios públicos funcionen a 24 grados centígrados y que la actividad pública cese a las 18.00 (20.00 GMT), hora en que las computadoras deben quedar desconectadas.

Pero cuando en los primeros días de enero el termómetro rozó los 40 grados centígrados, vastas zonas, en particular de la capital y la provincia de Buenos Aires --donde vive un tercio de la población argentina-- comenzaron a sufrir cortes de energía y agua.

"Todo esto sin un plan integral es un paliativo", dijo a la AP el ex secretario de Energía Daniel Montamat.

"El recambio de las lámparas (bombillas) por las de bajo consumo tiene una influencia mínima... y el tema del cambio de hora está hecho al revés... Lo que hicieron es que la gente se vaya a dormir con luz para que no gaste tanta electricidad porque tiene luz de día y eso me parece una burrada", coincidió Ricardo Falabella, presidente del Comité Argentino del Consejo Mundial de la Energía.

Al presentar el plan de ahorro, Fernández explicó que las medidas de racionalización respondían a la creciente demanda de energía impulsada por el crecimiento de la economía durante la gestión de su marido, Néstor Kirchner, y al modelo económico de especulación financiera imperante en la década de 1990, que no estimuló la inversión.

Los expertos disienten: "La última generadora instalada fue en el año 2000, desde ahí no tuvimos nada más... Sí hubo inversiones en la década del noventa. La privatización del año 92 de todas las compañías de distribución y luego los planes que cada una de ellas fue implementando resultaron en el incremento de la capacidad de generación en Argentina", dijo Falabella.

La crisis energética es el resultado del incremento de la demanda --impulsado por un crecimiento de la economía superior al 8% anual en los últimos cuatro años--, los precios casi marginales de las tarifas comparados con los valores internacionales, la falta de inversión en la generación y transporte de energía y la falta de exploración de nuevos yacimientos de gas, lo que hizo caer las reservas de ese hidrocarburo a casi la mitad de las que se registraban en el 2000.

La culpa de todo, según afirman, la tiene la falta de gas.

Desde la década de 1980 las industrias han reemplazado otros combustibles más costosos como el fuel oil y el diesel por el gas natural. A su vez, la mitad de las plantas de generación eléctrica funcionan a gas y 1,4 millón de automóviles han sido convertidos para funcionar con gas natural comprimido en lugar de gasolina.

Además, el nivel de extracción y transporte de este hidrocarburo alcanzó su máximo y el gas que se importa de Bolivia no alcanza para abastecer la demanda.

"Toda la infraestructura energética tiene cronogramas de ejecución que llevan años. El gas importado de Bolivia es caro e inseguro y hacer una planta de regasificación de gas natural licuado lleva cinco años", explicó Montamat.

El miércoles, la presidenta Fernández reconoció 50.000 cortes simultáneos de electricidad, que atribuyó a "rigurosos cambios climáticos" pero aclaró que sólo el "5,87% del sistema energético estuvo afectado".

Mientras miles de usuarios continuaban sin luz el jueves, el gobierno comenzó el canje de lámparas comunes por las de bajo consumo entre los usuarios residenciales de Buenos Aires.

Pero los usuarios residenciales representan solo el 33,91% de la demanda de energía, mientras que el alumbrado público, el comercio, la industria y los grandes usuarios alcanzan el 56,25%, según un informe de octubre de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico Sociedad Anónima (CAMMESA).

 

 

AP