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Arden relaciones de EEUU con Venezuela y Bolivia

12 de septiembre de 2008

WASHINGTON _ Las tensiones entre Estados Unidos y los gobiernos izquierdistas de Venezuela y Bolivia han llegado a un punto de ebullición: los países sudamericanos expulsaron a los embajadores estadounidenses y Washington expulsó al representante venezolano y ordenó congelar los fondos de funcionarios de Caracas.

La crisis diplomática suscitada esta semana amenaza con descarrilar las operaciones antidrogas de Estados Unidos en esos dos países y podría afectar los suministros de combustibles que alimentan a la economía norteamericana.

El gobierno de George W. Bush insiste en que desea buenas relaciones con esos dos gobiernos, pero tanto el presidente boliviano Evo Morales como el venezolano Hugo Chávez no quieren saber nada de Washington, y se puede decir que de hecho han respondido con el antiguo lema de los militantes izquierdistas: "¡Yanqui go home!".

Luego de críticas estadounidenses sobre sus tendencias autoritarias y sus relaciones con Fidel Castro, Morales y Chávez lanzaron un torrente de diatribas contra Bush y dieron a entender de que no restaurarán sus relaciones con Washington hasta que no haya un cambio de gobierno.

Morales expulsó el miércoles al embajador estadounidense Philip Goldberg, quizás alentado por su mentor Chávez quien ha calificado a Bush de "demonio" y ha cultivado relaciones con países como Corea del Norte, China, Irán y Rusia.

El mandatario boliviano, quien fue líder cocalero antes de ascender a la presidencia, acusó a Goldberg de juntarse con la oposición para tratar de derrocarlo, en medio de protestas por los planes de Morales de reformar la constitución y entregar a comunidades indígenas más ingresos provenientes de la explotación del gas.

"Sin miedo al imperio, delante del pueblo declaro al embajador de Estados Unidos persona non grata y he pedido a nuestro canciller que envíe una nota al embajador haciéndole conocer (la decisión) para que retorne a su país", dijo el mandatario boliviano durante un discurso en el palacio presidencial el miércoles. "No queremos gente separatista".

El gobierno estadounidense calificó de "infundadas" las acusaciones y advirtió que la decisión fue "un grave error" que perjudicaría las relaciones entre los dos países. Luego el Departamento de Estado declaró persona non grata al embajador boliviano Gustavo Guzmán.

La situación se agravó el jueves cuando Chávez expulsó al embajador estadounidense Patrick Duddy y ordenó el regreso del embajador venezolano en Washington.

"Estamos resueltos a ser libres, pase lo que pase y cueste lo que nos cueste. Ya basta, ya basta de tanta m... de ustedes yanquis, ya basta", dijo Chávez.

La crisis podría ampliarse con una decisión similar de Daniel Ortega, el presidente de Nicaragua que fue líder sandinista, lo cual complicaría aun más la diplomacia estadounidense y minaría la influencia de Estados Unidos en la región.

Pero la crisis con Morales y Chávez tiene repercusiones más inmediatas: Aunque Estados Unidos ha invertido miles de millones de dólares en programas de erradicación de cultivos ilícitos en los Andes, los resultados han sido ínfimos _ a excepción de Colombia, cuyo presidente Alvaro Uribe ha sido una excepción en la región por su apoyo a Bush.

Bolivia, el tercer país productor de coca luego de Colombia y Perú, es una pieza clave en los esfuerzos antinarcóticos estadounidenses. Es también un importante surtidor de gas natural a sus vecinos, principalmente Brasil cuyo presidente Luis Inacio Lula Da Silva, aunque también es izquierdista, ha mantenido una política más moderada hacia Washington.

Venezuela, entretanto, es el cuarto surtidor de petróleo para Estados Unidos y en su discurso el jueves Chávez advirtió que "si viniera alguna agresión contra Venezuela pues no habrá (petróleo) para el pueblo ni para el gobierno de los Estados Unidos".

 

 

(AP)