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Arabia Saudíta intenta calmar los mercados de petróleo

Los mercados de petróleo vuelven a subir ante el goteo constante del mineral que E.U. tenía almacenado en sus reservas estratégicas, en un intento de paliar el efecto del Katrina

15/9/2005
2 de septiembre de 2005

El príncipe Sultán de la Corona Saudita ha asegurado hoy, antes de la reunión de la OPEP, que su país compensará cualquier subida de los precios del crudo ante una situación de escasez. Una declaración simbólica y que los mercados ignoran, conscientes de que el problema de la cadena de suministro está en el extremo final, en la escasez de refino, y no en la producción de la materia prima, el petróleo crudo.



"Nos preocupa la subida de los precios del petróleo y confirmamos la disposición del reino a hacer lo máximo posible para compensar la escasez de la provisión y para responder a la creciente demanda", ha afirmado el príncipe Sultán.



Pese a esta manifestación, el propio Sultán reconoce que "el alza actual de los precios del petróleo no se deriva de una escasez de provisión de crudo sino que se debe, como todo el mundo sabe, a la mayor demanda de productos y a una escasez en la capacidad de refino".



Mientras tanto, el precio del "oro negro" ha rebotado en Londres y Nueva York, y vuelve a subir después de cinco días de moderación. En Londres, el barril de crudo Brent, referencia en Europa, cotiza por encima de los 63 dólares, y el Petróleo Intermedio de Texas (WTI, la referencia en EEUU) supera los 65.



La lenta recuperación de la industria petrolera del Golfo de México y la constante caída de las reservas de EE UU, abiertas al consumo desde el huracán Katrina, hacen que el petróleo vuelva a subir.



La nueva situación del mercado mundial de crudo hace que empiecen a surgir voces que alertan sobre la posibilidad de una nueva crisis energética mundial. Así, la revista británica The Economist recoge esta semana el resultado obtenido por la comisión nacional de política energética norteamericana al introducir en un modelo la hipótesis de que se interrumpiese el suministro de petróleo en sólo un 4%. El resultado: el barril de crudo pasaría del precio actual a unos 160 dólares.