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Las pequeñas y medianas empresas podrán aprovechar los beneficios de las nuevas figuras.

Pyme

Zonas francas, al alcance de la mano

Las pequeñas y medianas empresas podrán aprovechar los beneficios de las nuevas figuras.

26 de septiembre de 2008

Todo está dado para que las pequeñas y medianas empresas (Pymes) del país puedan aprovechar los beneficios que ofrecen las zonas francas, tanto permanentes como uniempresariales. De hecho, ya se han constituido alianzas estratégicas en sectores como la industria gráfica y la de plásticos para hacer desarrollos especiales en este sentido en el Valle y la Costa, respectivamente.

Hasta ahora, las grandes empresas son las que más se han beneficiado con las ventajas que ofrecen las zonas francas a sus usuarios. Sin embargo, las Pyme que se instalen en zonas francas -o creen zonas francas uniempresariales- también pueden acceder a una tarifa de renta diferencial del 15%, lo que genera de forma inmediata un ahorro del 57,2% sobre dicho impuesto. Además, los usuarios de estas áreas de excepción no están obligados a pagar arancel ni IVA, ya que mientras las materias primas, partes, piezas, bienes intermedios y bienes finales estén en Zona Franca es como si estuvieran fuera del país. Antes, la producción en las zonas francas era exclusiva para la exportación. Sin embargo, hoy día se permite que vaya al mercado local, sin que se pierdan los beneficios.

Además de estas 'gabelas' en impuestos, las zonas francas ofrecen beneficios adicionales como son su ubicación geográfica y estratégica, que les permite estar cerca de aeropuertos, puertos o importantes vías terrestres que facilitan el transporte de las mercancías. En estas zonas se permite el acceso a bodegas, patios y zonas verdes. Se trata de una gran infraestructura que facilita las distintas actividades de las empresas que se encuentran en ella.

Al estar todas en un mismo lugar, se brindan facilidades de acceso permanente a oficinas de entidades oficiales con las cuales las empresas tienen que relacionarse (como lo es la oficina de aduanas), se facilitan las actividades de importación y exportación. Además, las empresas en la zona franca tienen acceso a otros servicios que complementan su actividad, como telecomunicaciones, salud, alimentación y transporte para trabajadores y empleados, seguridad y vigilancia, cambio de moneda, etc.

Para el presidente de Acopi, Norman Corea, resultó muy positivo el hecho de que el Gobierno flexibilizara con las nuevas normas el paso de las Pymes a las zonas francas. "Es un gran avance haber modificado el tamaño de la inversión y la exigencia de los empleos generados. Esto nos permite acceder a los beneficios que antes solo cobijaban a las empresas grandes", sostiene el dirigente gremial.

De acuerdo con el decreto, para las compañías con activos hasta por US$128.000 no hay ningún requerimiento para que puedan, dentro de la zona franca permanente, comprar una bodega o adquirir un local para producir.

Si los activos de la empresa oscilan entre US$128.000 y US$1,3 millones, esta también puede entrar a la zona franca permanente y no tiene ningún compromiso de inversión, pero debe crear 20 empleos. Cuando se habla de empresas más grandes, es decir con activos entre US$1,3 millones y US$7,5 millones, sí hay requerimientos.

Las Zonas Francas Permanentes son las que cuentan con un operador logístico y ofrecen terrenos, en un área superior a 20 hectáreas, para ser desarrollados por varios inversionistas con el fin de que monten allí sus empresas.

Pero también existen oportunidades para las Pymes en la denominada Zona Franca Uniempresarial (ZUF). Según Plata, aquellas empresas asociadas de un determinado sector podrán conformar una y gozar todas de los beneficios tributarios.

"Las ZFU, de acuerdo a su categoría, tienen requerimientos especiales propios de cada negocio para adecuar a la realidad las condiciones mínimas de empleo e inversión. La agroindustrial, por ejemplo, debe garantizar una inversión de US$16 millones o la vinculación de 500 empleos", explicó el Ministro.

A su vez, la ZFU de bienes debe tener mínimo una inversión de US$32 millones y crear 150 empleos. Sin embargo, por cada US$5 millones adicionales a la inversión, se podrán disminuir el número de empleos en 15, teniendo en cuenta que 50 es el número mínimo de empleos a generar.

Al agua

En el sector de los plásticos ya se dio un primer ejemplo de la manera como varias empresas se pueden asociar para crear una zona franca uniempresarial. La iniciativa estuvo a cargo de Acoplásticos, que decidió promover uno de los primeros clusters industriales del país.

Según explicó el presidente del gremio, Carlos Alberto Garay, con la modernización de la refinería de Cartagena se generará una serie de subproductos que se utilizan en plantas petroquímicas ya establecidas en la ciudad. Este hecho motivó a varias empresas del sector a constituir 12 plantas para la transformación de las resinas plásticas, en un área de 200.000 metros. La inversión estimada es de US$150 millones y el complejo dará empleo a 1.200 personas. En noviembre de 2007 se inició la urbanización del lote donde se instalarán. Se espera que empiecen a producir en 2011.

"Todos son pequeños y medianos. Se trata de diez nuevas sociedades que se han conformado para sumar ventajas y sinergias", explica Garay.

Esta iniciativa de asociación también está siendo desarrollada por las pequeñas y medianas empresas de la industria gráfica. Para la presidenta de Andigraf, María Reina, las zonas francas son un instrumento de competitividad al que todas las empresas les deben apostar en una visión de largo de plazo.

Para la dirigente gremial, lo ideal es que se desarrollen clusters regionales, dependiendo de las especificidades de la Pyme, así como sucedió con el proyecto de la Candelaria, en Cartagena, donde tres empresas están desarrollando un proyecto de zona franca.

Agrega que aquellas localizadas en el Valle, especialmente las que se dedican al negocio de los plegadizos y que importan maquinaria de Chile y Brasil, se deben acomodar en la Zona Franca del Pacífico, en donde ya se reservó para este propósito un área de 10.000 metros en donde se asociarán cinco empresas del sector. Y que las empresas que compran casi todo el papel en el mercado nacional deben crear un centro de servicios compartidos en la Zona Franca de Occidente, en Bogotá, donde también ya hay un espacio separado de 15.000 metros para una futura asociación.

Otros que no se quieren quedar atrás son los textileros, que ya cuentan con su propio proyecto de zona franca en la Sabana de Bogotá, en donde tienen planeado un parque industrial en el que van a reunir en un mismo espacio la producción de prendas y derivados, hoteles y centros comerciales dispuestos para el público en general.

Entre las ventajas con las que contarán las pequeñas y medianas empresas que participen en las zonas francas están el almacenamiento sin impuestos y el mecanismo de procesamiento parcial, que se refiere a que una parte del proceso de fabricación, o de materias primas e insumos para realizar parte del respectivo proceso industrial, puede ser llevado afuera de la zona para luego ser incluido nuevamente y así quedar libre de impuestos. Según Garay, esta es una de las ventajas que serán aprovechadas por las fábricas que se montarán en Cartagena.

Las zonas francas les abren una puerta más a las pequeñas y medianas empresas del país para captar nuevas oportunidades comerciales y propiciar mayores rentabilidades, y a los gremios les da la oportunidad de liderar procesos que les permitan a sus afiliados beneficiarse de este esquema.