La Universidad Nacional patenta dispositivo para el riego de precisión

El tensiómetro de la UNAL tiene una longitud de 30 centímetros, pues los investigadores dicen que "los suelos pueden contener distintos cultivos y además la extensión de las raíces es distinta (profundidad radical)".

“Por ejemplo, las raíces de los frutales alcanzan o superan los 60 cm, mientras que las de las hortalizas miden hasta 20 cm”, explica la agencia de noticias de la universidad pública más importante del país.

Durante 18 días, el tensiómetro fue sometido a distintas pruebas a profundidades de 0,15 y 0,30 metros en suelos de cultivo bajo invernadero.

Tras ese proceso se identificó que el sistema logró disminuir el tiempo de llenado casi a la mitad (45%) y el de la instalación en campo (abertura de los orificios en terreno) en un 42%.

Lea también: Siete descubrimientos científicos que enaltecen a la Universidad Nacional

Lo mejor es que casi no requiere mantenimiento, de acuerdo al equipo de investigadores liderado por el profesor Roberto Villalobos, quien además explicó que “la utilización de este tipo de instrumentos en la irrigación de cultivos en Colombia es muy baja”.

“No son comunes en el comercio nacional y su costo como equipo importado es demasiado alto”, añadió el líder de la invención obtenida con la participación del Grupo de Investigación en Desarrollo Sostenible y Gestión Ambiental.

Los investigadores aseguraron que la mayoría de agricultores suelen sentirse más seguros si riegan los cultivos en exceso. Sin embargo, podría resultar contraproducente pues demasiada humedad los afecta y habría que fumigarlos.

Dicha situación, de acuerdo a la agencia de la UNAL, “acarrea sobrecostos e impactos medioambientales por el uso excesivo de agroquímicos”, por lo cual este invento sería de gran apoyo para los agricultores.

Lea también: Colciencias, SIC e iNNpulsa crean alianza para promover patentes

De hecho, explica que “el uso de herramientas como el tensiómetro es cada vez más imperativo porque la tendencia agrícola mundial es consolidar un riego de precisión, independientemente del tipo de suelos”.

Parte de esta necesidad radica en que la producción de alimentos deberá aumentar al menos un 70% para 2050, agrega el documento.

Y concluye que “en 34 años el mundo albergará alrededor de 9.000 millones de personas, la mayoría vivirán en ciudades de países en desarrollo y los fenómenos climáticos, como los extensos periodos de sequía, serán más variantes y extremos”.