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El juez no ha tenido problema en llevarse para su casa algunos de los expedientes más sensibles y urgentes y confía en que cuando las cosas se normalicen su rezago no vaya a ser tan grande. | Foto: Semana

Judicial

Un quijote en medio del paro

Nathan Nisimblat, juez 20 Civil del Circuito de Bogotá, pagó de su bolsillo la instalación de videocámaras y micrófonos necesarios para crear en su vetusto despacho, del centro de Bogotá, una sala de audiencias que agilizará los procesos que están a su cargo.

30 de octubre de 2012

Consciente de la insuficiencia de recursos que agobia a la Rama Judicial, el funcionario decidió no darle más largas a la aplicación de la ley que busca incorporar el sistema oral a la jurisdicción civil.

Sus colaboradores cuentan que Nisimblat, un exitoso abogado de ascendiente judío, decidió dejar la comodidad de un bufete en el que trabajaba como consultor de importantes compañías para cumplir su viejo sueño de administrar justicia, así fuese en medio de angustias presupuestales.

Su tarea no se ha visto entorpecida del todo por el paro judicial que ya completa dos semanas y que causa graves trastornos al que es considerado, sobre el papel, el principal servicio público. El juez no ha tenido problema en llevarse para su casa algunos de los expedientes más sensibles y urgentes y confía en que cuando las cosas se normalicen su rezago no vaya a ser tan grande.

Incluso los funcionarios que defienden con mayor radicalismo el cese de actividades miran con respeto a Nisimblat y no dudan de que se trata de un verdadero Quijote de la justicia.