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Representante a la Cámara, Simón Gaviria.

Segunda oportunidad para morosos

Una ley aprobada en el Congreso permitirá, en ciertos casos, que ciudadanos puedan acogerse al ‘punto final’. Se revive salvavidas para morosos con novedoso derecho ante bancos.

13 de junio de 2012

Retrasarse en el pago de obligaciones financieras es hoy sinónimo de largos y costosos procesos judiciales que casi siempre terminan en desalojo o embargo.

Quién esté ‘colgado’ en sus obligaciones financieras tendrá ahora una segunda oportunidad antes de ser embargado o desalojado. Los ‘avivatos’ pagarán hasta con cárcel.

Según el representante a la Cámara y autor de la ley, Simón Gaviria "ese tortuoso camino está a punto de terminar para deudores y acreedores gracias a que acaba de revivir el ‘salvavidas para morosos’, luego que el Congreso aprobara en cuarto y último debate la ley".

Esta herramienta para los ciudadanos, que en septiembre del 2011 declaró inexequible la Corte Constitucional por un error de trámite y no de fondo, contiene un novedoso derecho ante los bancos.

“Se trata del ‘punto final’ o liquidación patrimonial. En caso de no lograrse un acuerdo de pago o que se haya incumplido el mismo, la persona podrá acogerse a esta figura. Eso sí, el deudor tendrá que poner disposición de sus acreedores la totalidad de su bienes. Si hace trampa, será considerado un crimen financiero, exponiéndose a penas de hasta 6 años de cárcel”, explicó Simón Gaviria.

El ‘salvavidas para morosos’ no es para quien se ‘cuelgue’ en el pago del celular. Es para personas, agregó Gaviria, que realmente lo necesitan y que demuestren voluntad de pago. Cobija a quien incumpla el pago de dos o más obligaciones a favor de dos o más acreedores por más de noventa 90 días, o cursen en su contra dos o más procesos ejecutivos o de jurisdicción coactiva.

En cualquier caso, las obligaciones deberán representar no menos del 50% del pasivo total a su cargo.

Las partes tendrán máximo 90 días de plazo para llegar a un acuerdo.

De no ser así, se pasará a la etapa de ‘punto final’ o liquidación patrimonial.