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Gran avance para los cultivadores de Palma de Aceite.

Salto en investigación palmera

Cenipalma identificó el hongo que inicia la pudrición de cogollo, la enfermedad más severa para los cultivos de palma de aceite. Es un avance enorme.

22 de septiembre de 2008

El descubrimiento más importante de los últimos 15 ó 20 años en la palmicultura colombiana lo acaba de realizar un equipo de científicos de Cenipalma, liderados por Gerardo Martínez. Identificaron el hongo que inicia la aparición de la Pudrición de Cogollo, la enfermedad más temida por los empresarios de la palma de aceite en el país.

El hongo Ha producido pérdidas enormes en el país. El último gran problema lo produjo en la zona de Tumaco, Nariño, donde hay plantadas cerca de 35.000 hectáreas, el 10% del total del área nacional. Allí, alrededor del 70% de esas hectáreas tienen plantas con incidencias de Pudrición de Cogollo (PC) que bordean el 80%. Por eso, explica José Ignacio Sanz, director ejecutivo de Cenipalma, ya hay fábricas extractoras que están dejando de operar, que funcionan solo unas horas o que tienen disponibilidad de frutos hasta fin de año.

El hongo Phythophtora, es el responsable de este problema. “Es el primero en causar la primera lesión a partir de la cual llegan otros organismos”, explica.

El hongo produce una lesión de milímetros en la hoja antes de que emerja. Luego, por esa vía llegan otros hongos y otras bacterias que agravan la condición de la palma. Finalmente, el olor de descomposición atrae otros organismos que terminan de completar el cuadro que se conoce como el complejo de la PC.

Haber identificado el agente que abre el camino para el resto de los organismos puede ser el hito más importante en la palmicultura mundial en los últimos diez años. Para dar una idea de la magnitud del problema, el director de Cenipalma recuerda que la entidad que dirige fue fundada hace 18 años, en buena medida para buscar una vía para resolver la PC.

Qué sigue
“Estábamos peleando con un fantasma. Dando palos de ciego. Ahora ya saben quién es”, señala Sanz. “Y sabemos que este género no es un boxeador de peso mosca sino de peso pesado”.

En Cenipalma vienen trabajando ya en algunos métodos de control con moléculas químicas que ataquen el Phythophtora, pero el control definitivo, está en el diseño gético de la palma y ese es un proceso que Sanz estima se puede tomar ocho o diez años.

Ya se están haciendo algunos híbridos entre las variedades de palma africana y las de variedades americanas que ya dan algún resultado contra el hongo y que están reemplazando las viejas palmas en Tumaco. También hay prácticas de manejo, en especial de drenaje, fertilización y de selección de palmas.

Pero el control más eficiente está en lo que el cambio de la estructura de las fincas. El director de Cenipalma señala que la clave del éxito es detectar enfermedad tan temprano como se pueda. “desde el previvero”, afirma.

Se deberían encontrar los síntomas en las hojas. “Son puntos en la flecha, en el centro del cogollo de la planta”, explica. En ese momento, una poda sería suficiente para detener el contagio. Si se detecta más adelante, hay que hacer un tratamiento más profundo que permita remover el tejido afectado.