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| Foto: Getty Images

EDITORIAL

¿Qué está pasando con la economía?

Es clave trabajar en construir confianza. Este, el activo más valioso, hoy está en riesgo. y no lo podemos perder.

30 de mayo de 2019

El panorama mundial tiene a Estados Unidos y China mostrándose los dientes en una guerra comercial. Por su parte, el local permanece marcado por gran polarización política. Ambos contribuyen a generar incertidumbre, lo que no le hace bien a la economía.

La alerta sobre el impacto de la polarización ya no solo viene de analistas y expertos. También de autoridades como Juan José Echavarría, gerente del Banco de la República, y el propio Bruce Mac Master, presidente de la Andi. Ambos han advertido sobre los riesgos que enfrenta el país, y David Bojanini, presidente del Grupo Sura, ya lo había dicho a Dinero hace más de un mes.

Por eso, si hubo algo más movido que la tensión política en las últimas semanas, han sido las señales que están enviando la economía y varios de sus indicadores. A eso hay que agregarle la forma en que nos están observando desde el extranjero.

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Primero llegó el tímido crecimiento en el primer trimestre de este año. El 2,8% del periodo enero-marzo estuvo en el rango bajo del consenso del mercado y deja en evidencia que la economía no se recupera con la dinámica esperada. Las cifras mostraron repunte en sectores como las obras civiles y el cambio de ciclo en actividades como la industria y la minería. Pero la mayor preocupación provino de la construcción, que volvió a caer con fuerza.

La cifra deja en evidencia la debilidad de la recuperación económica, el alto grado de incertidumbre y la baja confianza a la hora de hacer negocios, desarrollar nuevas empresas y crear empleos. Cabe recordar que el desempleo gana terreno. Así las cosas, se reduce la posibilidad de crecer por encima de 3,5% al final del año.

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Apenas un par de días después de salir los datos del Dane sobre el crecimiento de la economía, Fedesarrollo publicó el Índice de Confianza del Consumidor de abril. Este tuvo una dramática caída a niveles de -9,6%, en especial en los estratos de ingresos medios y bajos.

De otra parte, el peso colombiano es una de las monedas más devaluadas en las jornadas recientes. En lo que va corrido del año el dólar ha pasado, aproximadamente, de $3.240 a más de $3.370. Esa circunstancia tiene en alerta a los importadores, en especial de bienes, como vehículos y materias primas.

Esto pone de nuevo el foco sobre uno de los problemas centrales de la economía hoy: el déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos. Esta cuenta se sigue deteriorando y eso indica que el país se está endeudando con el mundo, lo que podría agravar aún más el diagnóstico económico en el mediano plazo.

Y, por si fuera poco, las calificadoras generaron aún más confusión, pues dos de ellas ratificaron sus calificaciones, pero se pronunciaron en sentido contrario sobre la perspectiva de su evaluación. Moody‘s subió la perspectiva de la deuda colombiana y cree que las cosas pueden mejorar. Pero Fitch la redujo y piensa que hay una mayor probabilidad de que empeoren.

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También hubo espacio para las buenas noticias. Corrieron por cuenta de los datos de competitividad de Colombia, que recuperó el tercer puesto entre los países más competitivos en América Latina, y ahora solo lo superan Chile y México. Lo dice el Índice de Competitividad Integrada, elaborado por el International Institute for Management Development. Además, Colombia fue el tercer país que más avanzó en el mundo, solo superado por Indonesia y Arabia Saudita.

Todo esto, con el traumático paso por el Congreso que han tenido proyectos clave del Gobierno, como la Ley de Financiamiento y el Plan de Desarrollo. Pero faltan otras reformas, como la pensional, en la que están puestos los ojos de las calificadoras. Es posible que este año el país mantenga su grado de inversión. Pero si no crece a mejores tasas y no saca adelante las reformas y el ajuste fiscal, podría verse amenazado.

Este coctel de noticias, cifras y tensiones políticas genera una profunda incertidumbre y no facilita el clima de los negocios para que el país tenga una mayor tracción en su crecimiento. Por ello, es fundamental trabajar en construir confianza. Este, el activo más valioso, hoy está en riesgo. Y no lo podemos perder.