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Las inversiones realizadas por la Compañía durante los primeros nueve meses del año fueron de $30.920 millones.

Piense en verde y ahorre y en grande

Recomendaciones que permitan volver productiva una organización desde el punto de vista de ahorros, asociados a buenas prácticas y con sistemas de gestión de energía.

4 de noviembre de 2009

Omar Darío Barraza Coronell es gerente de desarrollo de negocios de Apluss para Colombia. La empresa se encarga de proyectos de eficiencia energética. Diseñan y organizan planes de acción que les permitan a las emrpresas hacer inversiones en tecnologías más eficientes. Es decir, de sustitución, de cambio o de modernización de equipos o maquinaria. Estos ahorros no sólo se ven reflejados en los gastos administrativos sino que ayudan a preservar el medio ambiente.

Para el gerente, lo primero es identificar en la organización, cuáles son los puntos donde más se consume energía. “En el caso de las pymes, revisar el caso de ocupación del personal, los volúmenes de iluminación que están usando, el tipo de luminarias. El promedio, una empresa que hace inversiones en cambio de luminarias obtienen un ahorro del 3% a 4% en este rubro durante un año y la inversión se suele pagar en 2 ó 3 meses”, comenta.

Por otro lado, Barraza recomienda tener en cuenta la calidad de potencia que se usa en la organización. “Invitamos a invertir en un banco de condensadores para manejar el tema de los armónicos y la calidad de la potencia. Esto se ve traducido en el recibo con un ahorro entre el 10% y 15% inmediato después de la implementación de las medidas.

Estas son algunas cosas que pueden hacer las empresas que no tienen un gran volumen de producción. Son económicas, fáciles de implementar, y el retorno de la inversión esta asegurado en menos de 6 meses.

El gerente de Apluss describe un caso de éxito. El proyecto de eficiencia energética del club El Nogal, le generó un ahorro del 9%. En todo el programa se lograron obtener ahorros por más del 21%. Esto les representó un ahorro en la factura de aproximadamente $10 millones mensuales.

“Se trabajó en los restaurantes para no disminuir la calidad, pero sí la temperatura de las comidas. En el consumo de agua caliente en las duchas y de la piscina, en las temperaturas de las calderas, y en sistemas de detección de presencia en áreas donde no había mucho flujo de personal”, explica Omar Barraza.