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Un colapso de Atenas o un traspié de Washington provocarían un aumento de la aversión al riesgo y un deterioro generalizado de la confianza a nivel global.

Coyuntura Nacional

Ojos bien abiertos

Mientras el planeta entero comienza a hablar de una nueva recesión de la economía mundial, Colombia sigue creciendo a buen ritmo. Pero la fiesta no durará para siempre: hay muchos nubarrones en el horizonte.

28 de septiembre de 2011

Los ojos del planeta económico están centrados por estos días en el desenlace de la crisis de Grecia y el futuro del euro. Al fin y al cabo, de eso depende el futuro de los países de la Eurozona y la estabilidad de los mercados financieros, que no han parado de temblar desde que estallaron los problemas en Atenas.

A pesar de las dificultades globales, en Colombia las cosas siguen marchando por buen camino. La economía creció 5,2% durante el segundo trimestre del año, una buena noticia en línea con lo que esperaba el mercado. Sin embargo, un análisis más detallado de las cifras revela grandes desbalances que deberían convertirse en un llamado de alerta al Gobierno, dado el deterioro del panorama internacional.

Por un lado, preocupa que mientras el sector minero crece a tasas de dos dígitos, la industria y el agro lo hagan por debajo del promedio de la economía. También preocupa que mientras el consumo privado y la inversión empresarial crecen vigorosamente, el sector público parece no despegar. Así lo demuestra la caída en cerca de 8% que ha tenido la construcción de obras civiles.

Precisamente, lo más impresionante del actual crecimiento de la economía colombiana es que se esté dando debido a un fuerte repunte de la demanda interna y con muy poco impulso del sector público. Prueba de ello es que el nivel de ejecución del presupuesto de 2011 es ridículamente bajo. A julio, las cifras de apropiaciones muestran que no se había ejecutado ni siquiera el 20% del presupuesto de inversión.

Esto deja en evidencia que el principal cuello de botella para la economía colombiana y la principal razón por la cual no crece más rápido es la misma de siempre: que la locomotora de la infraestructura no arranca.

Por esto, se requiere con urgencia echar a andar los grandes proyectos de infraestructura en materia de carreteras, puertos, vías férreas, energía y aeropuertos, para mantener la trayectoria de crecimiento actual.

La duda es 2012

Con la revisión del crecimiento del primer trimestre (de 5,1% a 4,7%), Colombia habría crecido 5% en la primera parte del año. Esto significa que, para lograr crecer 5,3% en 2011 –el consenso actual de los analistas económicos–, se requeriría de una aceleración de la economía durante el segundo semestre. Si bien los datos preliminares del tercer trimestre indican que la dinámica de la demanda interna continúa, las mayores dudas se centran sobre lo que será el cuarto trimestre y 2012 ante el deterioro de la situación económica mundial.

Las ventas minoristas y de vehículos, así como el alto crecimiento de la cartera, confirman que el consumo sigue con una gran dinámica, al igual que la inversión de las empresas ante el continuo aumento de las importaciones de bienes de capital. Además, un importante incremento de las exportaciones no tradicionales generaría una mayor contribución del sector externo.

Por el lado de los sectores, el crecimiento seguirá jalonado por la minería y la construcción. En el primer caso se espera una variación de 14% ante el restablecimiento de la producción de ferroníquel en la planta de Cerro Matoso y un incremento en la producción de carbón por mejoramiento de las condiciones climáticas. En el segundo, la apuesta va dirigida a un crecimiento de la construcción privada por encima de 9%, debido a dos factores: la reciente ley que oficializó el Gobierno sobre “oferta de suelos urbanizables” y el desempeño favorable de licencias de construcción.

Sin embargo, todo dependerá de que la construcción de obras civiles repunte durante la última parte del año y que la situación afuera no se agrave aún más. Y es que, si bien la economía colombiana parece menos vulnerable a una nueva crisis dadas las mayores reservas, el bajo nivel de deuda y la buena situación del sector financiero, no somos ajenos a lo que pase en el mundo.

Las apuestas

Si las economías desarrolladas continúan creciendo alrededor de 1,5%, como ha sido el caso hasta ahora, Colombia crecería cerca de 5,3% durante 2011 y 2012. Pero si el mundo entra en una crisis financiera dada la posible quiebra de Grecia, o si Estados Unidos entra de nuevo en una recesión (double deep), las cosas serían a otro precio.

Un colapso de Atenas o un traspié de Washington provocarían un aumento de la aversión al riesgo y un deterioro generalizado de la confianza a nivel global. Bajo ese escenario, la economía colombiana podría crecer alrededor de 4,7% este año y entre 2,5% y 3% el próximo. Lo peor es que la falta de consenso político en los países desarrollados hace que una recesión mundial sea cada vez más inminente.

El escenario positivo implica un TLC con Estados Unidos en medio de un panorama internacional más favorable y, sobre todo, unas locomotoras a toda marcha para que la economía crezca por encima de 6%. Sin embargo, la probabilidad de ocurrencia es de apenas 10%.

La situación de la economía colombiana hoy es buena, pero tiene unas debilidades que quedarían expuestas en el caso de que la crisis internacional siga agravándose. Tenemos herramientas pero hay que aceitarlas. El Banco de la República deberá mantener la pausa que ha hecho en las tasas, mientras el Estado deberá mejorar la capacidad de ejecución, no solo del gobierno central, sino también en las regiones que recibirán cada vez más recursos por cuenta de las regalías.

El gran reto es mantener y aprovechar el boom minero para potenciar sectores de mayor valor agregado y hacer que este se traduzca en mayor educación e innovación y mejor infraestructura para aumentar nuestra competitividad.