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Opositores a la Reforma a la Salud aseguran que es un disfraz del modelo actual.

Nación

Reforma a la Salud, ¿Un disfraz?

Samuel Barbosa, Presidente de la Asociación Colombiana Médica Estudiantil, y Jorge Robledo, Senador del Polo, expusieron sus inconformidades sobre la Reforma a la Salud.

7 de noviembre de 2013

A dos debates de que la Reforma a la Salud se convierta en Ley de la República los estudiantes de medicina del país salieron a las calles a protestar por lo que para ellos es, profundizar el modelo de salud actual, por lo cual esta reforma, disfraza la problemática a la que se enfrenta el país.

Si bien los médicos profesionales en ejercicio no salieron a protestar en masa contra la reforma, es conocido que no la apoyan. Sin embargo los futuros profesionales de la salud, sí marcharon y además hablaron con Dinero.com de las razones por las que ésta no debe seguir su trámite en el Congreso de la República.

Samuel Barbosa Presidente de la Asociación Colombiana Médica Estudiantil fue claro en qué es lo que no les gusta de la reforma que está en trámite. “No lo queremos porque no queremos intermediación financiera, ni que con los recursos públicos se hagan monopolios privados, y no queremos un sistema donde las funciones se dicten en pro de la rentabilidad económica y no de la rentabilidad social y de la salud de una nación”.

Y es que entre las principales quejas que hay sobre la reforma está que no busca priorizar la rentabilidad social sino que busca seguir fortaleciendo a los monopolios económicos que han administrado el sistema de salud durante los últimos 23 años.

Sin embargo el pasado martes el Ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, afirmó que la Ley de la Reforma a la Salud permitirá sanear las deudas de los hospitales del país por cerca de $2 billones.

“Los hospitales están en una situación crítica, están atravesando una situación muy compleja, porque el sistema no está funcionando, y para resolver el problema es que se requiere esta reforma. Para poder asegurar que los hospitales tengan los recursos para atender a los pacientes y para pagar todos sus costos, incluyendo la nómina, se requiere una reforma que asegure el rescate de los hospitales. Se estima que las deudas que tienen las Empresas Prestadoras de Salud (EPS) con los hospitales pueden ascender a $2 billones”, indicó el titular de la cartera de Hacienda.

Para Jorge Enrique Robledo, Senador del Polo Democrático, “la reforma no plantea cambios estructurales, sino que hace modificaciones a favor a los EPS disfrazándolas de cambios estructurales. Un ejemplo de eso es que Santos dijo la falacia de que se acababan las EPS cuando lo que se hace es cambiarles el nombre a gestoras, pero la estructura del modelo actual se mantiene”.

Robledo comparte con los manifestantes que se detenga el proceso y se retire la reforma actual, para que se estructure bien y se presente nuevamente en el primer semestre del próximo año.

Así mismo el senador del Polo critica la “habilidad” de los proponentes de la reforma para minar el camino de la tutela, “ellos son astutos, nunca utilizan la palabra tutela os e debilita la tutela, pero como ese es una herramienta frágil, inventan mecanismo que en este proyecto y en la ley estatutaria debilitan la tutela y la amenazan en materia gravísima.

En ese punto Robledo y Barbosa coinciden, pues este último señala que “no se puede cuadricular o limitar el derecho a la tutela. Es un derecho fundamental de la nación, si no hubiera sido por la tutela, en nuestro actual sistema de salud nos abríamos cuántas muertes o años de vida perdidos por discapacidad o enfermedad tendríamos en nuestra nación, ese fue el mecanismo que permitió a la gente romper con un esquema que sólo estaba beneficiando a las EPS que demoraban lo servicios y el acceso de las personas a los servicios de salud”.

Frente al control de precios Barbosa asegura que eso no es algo par aplaudirle a la reforma, pues es algo que debió hacerse hace mucho tiempo, “hasta ahora el Estado se está apersonando de ese tema, estamos de acuerdo con que lo haga, pero no por eso apoyamos esa reforma”.

Además añadió que “el control de precios a los medicamentos no debería ser un punto dentro de la reforma, debería ser una política del Estado. Entendemos que el anterior Gobierno dio unas libertades en el control de precios por unos intereses políticos, que fue uno de los grandes vacíos y de las grandes fugas de recursos del sistema, eso no debe ser una propuesta, no sólo un ítem en un papel, debe ser una política de Estado porque tenemos conocimiento como profesionales de la salud que los recursos son limitados y por eso no se debe permitir que las empresas extranjeras vengan a exigirnos un precio, cuando conocemos nuestras limitaciones y somos conscientes de que debemos ofrecerles los mismos derechos a todos”.

Por ahora no hay nada concreto. La reforma sigue su curso en el Congreso, el Gobierno no da su brazo a torcer para retirarla, y las futuras generaciones de médicos no cesarán de protestar hasta que sientan que existen garantías para el ejercicio ético de su profesión.

Aún no se sabe quien ganará este pulso, si médicos y estudiantes o el Estado y las empresas de salud, lo cierto es que mientras unos y otros luchan por imponer su modelo de salud, miles de colombianos siguen en las puertas de los hospitales implorando atención que no hay como brindarles. Seguiremos debatiendo entonces, cuál será el remedio que levante a este enfermo terminal.