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Especialistas en proyectos de infraestructura vial indican que el 100% de las proyecciones que se realizan del tráfico normalmente son sobrestimadas. | Foto: Ministerio de Transporte

Infraestructura

Los retos financieros de los concesionarios y el gobierno en las 4G

En los próximos meses será importante alcanzar el cierre financiero de los proyectos de infraestructura 4G. Algunas de las recomendaciones de los expertos son basadas en experiencias de otros países y deben contemplarse para el caso colombiano. ¿Cuáles son?

7 de julio de 2015

Los proyectos viales de cuarta generación denominados 4G, son una medida contracíclica para motivar la demanda agregada interna y se estima que a mediano plazo se represente en un aumento de la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 1% a través de la reducción entre el 15% y 20%  de los costos de transporte.

Sin embargo, el sector financiero colombiano no está en capacidad de abastecer solo todas las demandas de crédito privado para los concesionarios de proyectos 4G, por lo que se está promoviendo  la inversión extranjera. Así mismo, para minimizar los riesgos de los posibles inversores externos de estos megaproyectos que representan una inversión de $55 billones, el gobierno propone facilitar el marco legal, proporcionar una financiación del 30% de los proyectos y otorgar garantía soberana en respaldo a las obligaciones que se contraigan. Esta última, responde a la necesidad de concesionarios de cubrir el riesgo de liquidez si el tráfico no es el esperado. Ante dicho escenario el Gobierno se compromete a girar compensaciones cada cinco años.

Teniendo en cuenta que el flujo de tráfico es la principal fuente de ingresos, Kent Rowey,  socio de la firma de abogados Allen & Overy, involucrado en el cierre financiero de más de 80 transacciones de infraestructura y recursos naturales en el mundo,  asegura que el 100% de las proyecciones que se realizan del tráfico normalmente son sobrestimadas. Rowey basa su argumento en  experiencias pasadas en Estados Unidos con alianzas Público-Privadas y ha hecho referencia a la construcción de la Autopista PenDOT en Pensilvania. Dicha concesión quebró por un aumento en los ingresos de peajes de apenas 25% anual frente al estimado durante el periodo 2007 y 2011. Esto justificó la emisión de bonos a largo plazo, con el fin de disminuir la presión financiera de corto plazo de la concesión.

¿Qué se recomienda para una experiencia como la colombiana?

Chris Mann es socio de la firma de abogados Sullivan & Cromwell en Nueva York y ha trabajado por más de 20 años en financiación de proyectos en Latinoamérica, incluyendo el proyecto de Vía Parque Rimac en Lima, Perú, que comenzó a finales de 2009 con una financiación de US$703.

Mann sostiene que en éste ambicioso proyecto que comprendía la construcción de 25 kilómetros y contemplaba riesgo de demanda, no superó las expectativas de flujo de tráfico por lo que el gobierno peruano asumió el compromiso financiero. A su juicio, espera que ocurra lo mismo en Colombia. En cuanto a los proyectos viales 4G, que Mann considera estructuralmente similares a los peruanos, explica que se trata de deuda soberana aun cuando la inversión sea privada.

Teniendo en cuenta lo anterior, el estado tendría un compromiso gigantesco en el largo plazo, por el alto riesgo de flujo de tráfico. El experto señala que no se está teniendo en cuenta y que se suaviza a través de expectativas positivas. Además de esto, ha resaltado que no se conoce aún la participación de capital extranjero por lo que el riesgo de tasa de cambio es de momento incalculable. Sobre la experiencia peruana señala que en ese país fueron menos osados asumiendo el 100% de deuda en moneda local con colocación solo en Perú.

Los proyectos 4G tienen sentido, en la medida que a nivel de infraestructura vial Colombia quedaría como México o cerca a Chile en tanto que por el momento estamos al nivel de Ghana. Se espera que el 1% de mayor crecimiento sería suficiente para justificar la magnitud del compromiso que con las 4G adquiere el Estado.