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Gabinete ministerial del gobierno del presidente Juan Manuel Santos.

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Los ministros fantasmas

El pasado 11 de marzo el presidente Santos evaluó a sus ministros en una jornada extraordinaria. De ahí crecieron los rumores sobre un segundo remesón ministerial, que aún no se ha dado. ¿Cuándo se hará? ¿Quiénes se irán? ¿Si pasará?

3 de abril de 2013

Las críticas al gabinete ministerial del presidente Juan Manuel Santos se han escuchado desde el inicio del Gobierno. El 22 de agosto de 2012, el mandatario les pidió la renuncia protocolaria a todos sus ministros y de ahí comenzó un ‘revolcón’ al interior de la administración, que dejó como resultado la ratificación de la mayoría de los funcionarios, cambios entre carteras y la entrada de cuatro más.

Los cambios se dieron con el paso de Federico Renjifo, de la cartera del Interior, al Ministerio de Minas y Energía; la entrada de Fernando Carrillo al Ministerio del Interior; la salida de Juan Carlos Esguerra y la llegada de Ruth Stella Correa a la cartera de justicia; y finalmente los nombramientos de Mauricio Cárdenas como ministro de Hacienda, de Cecilia Álvarez como cabeza de Transporte, de Juan Gabriel Uribe en Ambiente y Alejandro Gaviria en Salud.

Un nuevo aire se esperaba con estos cambios, que principalmente buscaban que los ministros salieran de sus despachos y llegaran a todas las regiones, pero además que el Gobierno cogiera un nuevo impulso y empezara a mostrar verdaderos resultados. Pero... ¿funcionó la estrategia?

Si de evaluar la gestión se trata, están los casos de dos ministras que llaman la atención no precisamente porque su trabajo haya sido muy visible, sino justamente porque son dos funcionarias que están en sus carteras desde el inicio de Gobierno y poco se sabe de lo que han hecho: la ministra de Cultura, Mariana Garcés, y la de Educación, María Fernanda Campo. También ha quedado un manto de duda sobre la gestión de los ministros de Minas y Energía, Ambiente y Desarrollo Sostenible, y el de Salud.

Para el analista político, Alejo Vargas, “lamentablemente son personas que seguramente en otros campos anteriores han sido buenas pero que en los ministerios no han sido muy activas con sus temas. En educación: ni ley de reforma, ni solución a los conflictos”.

Mientras que las cabezas de las demás carteras: Relaciones Exteriores, Hacienda, Justicia, Defensa, Agricultura, Trabajo, Comercio, Industria y Turismo, Vivienda y TIC’S, marchan en medio de las dificultades e intentan hacer visible su gestión, aunque no dejan de ser criticadas. “Hay que tener claro que hay una brecha entre lo que hacen los ministros y lo que se conoce de ellos. En Colombia se le ha dado demasiado énfasis a temas de seguridad y por eso poco sabemos de lo que pasa con cultura y educación, por ejemplo”, indica el analista político, Rubén Sánchez.

¿Dónde están que no se ven?

Mariana Garcés no es una ministra mediática y quizá eso no le ha ayudado mucho para mostrar su gestión. En su Ministerio, para el 2013, tiene un presupuesto de $356.394 millones, cifra que comparada con otras carteras se queda corta. Para destacar está la aprobación de la ley para espectáculos públicos, también el empeño por incentivar la lectura en la primera infancia y una estrategia, que pocos conocen, como el fortalecimiento de las industrias culturales propias. Pero, de acuerdo con Rubén Sánchez, “como no se sabe lo que hace, difícilmente podemos evaluar. El tema con ella se queda bastante pobre por eso”.

Por su parte, María Fernanda Campo tiene una de las carteras más difíciles de enfrentar, especialmente por la necesaria reforma a la educación, pero ese ha sido justamente su ‘talón de Aquiles’. La comunidad educativa rechazó su propuesta y desde entonces han intentado buscar acuerdos sin logro alguno. Para Sánchez, “la educación tuvo mucha importancia el año pasado pero no se ha hecho absolutamente nada”. Percepción que coincide con la de uno de los más duros críticos del Gobierno Nacional, el senador Jorge Enrique Robledo, quien prefiere no entrar a evaluar a ningún ministros porque los considera “mediocres”.

En contra de Campo, hasta se han adelantado campañas en las redes sociales para exigir su retiro del cargo. Sin embargo el apoyo del presidente Santos ha sido permanente y entre las cosas que destaca de su labor ha sido la reconstrucción de las aulas afectadas por la pasada ola invernal.

Entre tanto, el ministro de Minas y Energía, Federico Renjifo, ha sido tildado hasta de ‘comodín’ de Santos, pues pasó del Ministerio del Interior a este cargo. Como jefe de la cartera del Interior, fue salpicado con parte de la responsabilidad de la fracasada reforma a la justicia. El analista Vargas afirma que “la reforma a la justicia y fue el punto de quiebre para su paso al otro ministerio”. La crisis que se vivió en el departamento del Cauca entre indígenas y la Fuerza Pública, también fue en contra de la buena imagen de Renjifo, quien no logró una real conciliación con los líderes de esas comunidades.

Ya en la cartera de Minas, para Sánchez el problema recae en la falta claridad en una política pública ambiental y minera.

En cuanto a los ministros de Transporte, Cecilia Álvarez-Correa; Salud, Alejandro Gaviria; y Ambiente, Juan Gabriel Uribe, la percepción no es mejor, pues pese a que llevan poco tiempo en sus carteras han sido bastante criticados, especialmente porque enfrentan grandes y difíciles retos.

La ministra de Transporte, poco conocida, en los últimos días emprendió un viaje por todas las regiones del país con la llamada ‘Ruta de la Ejecución’, para evaluar las obras que se adelantan y escuchar las necesidades de las comunidades. Sin embargo, el retraso en infraestructura, vías y demás temas de la cartera sigue latente.

Entre tanto, el Ministro de Salud se centró en sacar a adelante la iniciativa de reforma a la salud, proyecto que ya fue radicado en el Congreso, pero que desde ya ha sido duramente criticado por los diferentes sectores. “En Salud es tan complicado y tan grande su tema que es difícil entender su gestión”, sostiene Sánchez.

El Ministro de Ambiente poco ha mostrado su gestión, no es muy mediático, aunque analistas como Vargas le reconocen su gestión en temas de “licencias ambientales a grandes mineras”.

De esta manera, se hace evidente que en algunos ministerios existe un problema para comunicar los logros y avances de sus programas. Y es que socializar con los colombianos el trabajo de los funcionarios públicos debe verse como un deber y no como una alternativa de ser o no mediáticos.

En conclusión, las críticas al gabinete ministerial, por parte de congresistas y algunos sectores, hacen más fuertes los rumores de un nuevo movimiento al interior del Gobierno Nacional. Desde ya se habla de la posible salida del jefe de la cartera de Agricultura, Juan Camilo Restrepo; y del retiro del ministro de Minas y Energía, Federico Renjifo. Pero estos son tan sólo ‘habladurías’, amanecerá y veremos...