Los juegos de azar preferidos en Colombia

Un estudio adelantado recientemente por Coljuegos con el objetivo de caracterizar al jugador colombiano, reveló que en el 40% de los hogares colombianos hay consumidores de juegos de suerte y azar.

Además el mayor porcentaje de estos consumidores se concentra en hogares de estratos 2 y 3 (74%), son empleados o trabajan de manera independiente (77%), y el promedio de edad es de 44 años. La mayoría de estos consumidores está casado (58%) y es el jefe de hogar (80%).

De acuerdo con el estudio, el primer juego que viene a la mente de los colombianos es el Chance (63%), seguido por Baloto (16%) y después por las loterías tradicionales (11%).

A la hora de jugar, el 85% había apostado al Chance en los últimos tres meses, seguido por Baloto (34%) y por las loterías tradicionales en tercer lugar (28%).

Entre los principales atributos que los consumidores de apuestas desean encontrar en un juego están:

*La facilidad para jugar
*El atractivo del premio
*La amabilidad en la atención en el punto de venta o lugar de consumo del juego
*Los juegos con mayores posibilidades de ganar
*La capacidad del juego de sorprender al incluir nuevas opciones para jugar.

Solamente dos juegos capitalizan la mayoría de los atributos, siendo Baloto el que más se asocia con el atributo del atractivo del premio, y el chance el juego que tiene los atributos de la mayor posibilidad de ganar y el monto de la apuesta al alcance del jugador.

Posibles nuevos juegos

Existen segmentos de consumidores que aún no cuentan con una oferta de juegos de suerte y azar recreativos, tales como los adultos menores de 35 años y aquellos de estratos socioeconómicos altos.

En cuanto a los nuevos juegos, el estudio señala oportunidades como la introducción de juegos relacionados con tecnología e inmediatez, como es el caso de los juegos online y las apuestas deportivas en móviles y otros dispositivos. El primero genera mayor interés en la población de nivel socioeconómico alto, que estaría dispuesta a invertir un monto superior al promedio apostado en casinos; mientras que el segundo atraería a apostadores de nivel socioeconómico medio y bajo.