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Durante este primer medio siglo el museo ha tenido momentos de gran protagonismo con cerca de 800 exposiciones temporales de artistas nacionales e internacionales de primer nivel.

Nación

Los 50 años del Mambo desafiando la modernidad

El Museo de Arte Moderno de Bogotá (MAMBO) cumple medio siglo de vida y lo celebra desde este mes con una completa muestra de su valiosa colección permanente, pero con el desafío de hacer un cambio para adaptarse a las tendencias actuales.

24 de marzo de 2013

"Han sido 50 años gloriosos", exclamó en una entrevista con Efe la directora del museo, Gloria Zea, quien tomó las riendas de la institución en 1969, cuando su fundadora, la argentina Marta Traba, fue expulsada de Colombia por el Gobierno de Carlos Lleras Restrepo.

Y es que Marta Traba, formada entre Buenos Aires, París y Bogotá, había fundado el MAMBO en 1963 y fue, según explicó a Efe el crítico de arte Fernando Toledo, "la persona que empezó a mostrar la modernidad a Colombia".

La curadora del MAMBO, María Elvira Ardila, recordó con Efe esa época: "en un momento en el que todavía se hablaba de academia, llegó Marta Traba y con ella, una generación de artistas que rompieron con la tradición y a la mimesis".

Durante este primer medio siglo el museo ha tenido momentos de gran protagonismo con cerca de 800 exposiciones temporales de artistas nacionales e internacionales de primer nivel, como los españoles Pablo Picasso y Joan Miró o el francés Auguste Rodin.

Para Gloria Zea, estas exposiciones han sido "las más importantes que se han realizado en Colombia", mientras Toledo observó que las muestras sirvieron para acercar "al gran público colombiano la gran pintura universal".

Y si el pasado fue "glorioso" los planes para el futuro no son menores: Zea prevé iniciar a finales de año la construcción de un nuevo edificio de 30.000 metros cuadrados, frente a los 5.500 actuales, lo que permitirá solucionar los problemas de espacio y dar cabida a las 4.600 obras de su colección permanente, que en la actualidad permanecen en su mayoría en bodega.

Entre ellas hay obras de los grandes nombres que marcaron un cambio de tendencia en el arte colombiano, como Eduardo Ramírez Villamizar, Fernando Botero, Enrique Grau o Alejandro Obregón.

El festejo por el 50 aniversario del MAMBO ha servido también para acrecentar entre el círculo artístico bogotano el debate la situación actual de la institución.

El crítico Toledo explicó que en los últimos años "el museo ha ido cayendo en una especie de grisalla, de menor agresividad y menor fuerza en el panorama artístico nacional", lo que lo habría llevado a perder cierta referencia en el panorama.

En una línea similar se expresó a Efe la artista Luz Ángela Lizarazo, quien ha donado algunas de sus obras al MAMBO y que opinó que la institución "no ha evolucionado con la historia del arte, ni de este país, ni mucho menos a nivel internacional".

Toledo achacó esta situación a "problemas muy grandes de instalación" en la sede actual, pero también a que el MAMBO "ha terminado siendo una fundación casi que personal". "Y eso es grave", agregó.

Señaló, además, que la institución no le está siguiendo "el pálpito a lo que está pasando en el mundo del arte moderno" e instó a su dirección a aprovechar el éxito de la actual colección para "reflexionar en torno al museo", rediseñarlo y vincularlo de nuevo con el gran público.

Sea como sea, el MAMBO festeja su medio siglo de vida como uno de los grandes museos de Colombia, con la aspiración se seguirlo siendo y con el gran desafío de adaptarse a los tiempos modernos.