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Aunque la exploración petrolera en el Caribe revitalizaría la economía, también representaría una inminente amenaza. | Foto: Efe

Ambiente

El riesgo para la vida marina

La extracción de petróleo, aún sin accidentes eventuales, es un riesgo de contaminación para aguas como las de la Reserva de Biósfera Seaflower, ubicada en zona de disputa limítrofe con Nicaragua.

14 de septiembre de 2013

Con el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya no sólo se perdió una gran extensión de mar territorial colombiano, sino que además se puso en riesgo uno de los ecosistemas marinos más importantes del país y del Caribe.

Por eso resulta inconveniente que Nicaragua o cualquier otra nación explote hidrocarburos en la cuenca del Caribe. Este es el llamado de la Universidad Nacional frente al tema, pues desde el ámbito académico hay una preocupación.

Aunque la exploración petrolera en el Caribe revitalizaría la economía, también representaría una inminente amenaza para la calidad y cantidad de los recursos protegidos.

Según la Universidad, cada año alrededor de seis millones de toneladas de crudo son vertidas a los océanos y con ellas los hidrocarburos aromáticos policíclicos (componentes permanentes del petróleo), considerados dentro de los contaminantes más peligrosos, debido a su toxicidad aguda y de largo plazo.

La naturaleza y la duración de los efectos negativos de los derrames sobre los ecosistemas dependen de varios factores, entre ellos el tipo de carburante, la cantidad derramada, la calidad de las aguas contaminadas, las condiciones climáticas prevalentes y el tipo de biota.

De otro lado, la exploración petrolera, aún sin accidentes eventuales, no es inocua para el medio marino. Las operaciones de los buques de carga generalmente implican el descargue de aguas de lastre, que son el principal medio de dispersión de especies exóticas. Se trata de formas de vida que llegan a radicarse y proliferar descontroladamente en el sitio en el que son introducidas, lo que causa graves perjuicios al alterar la biodiversidad y permitir el florecimiento de variedades tóxicas.

Datos

- Según datos revelados por la Universidad Nacional, en los últimos siete años países como Australia, Estados Unidos, Kiribati y Gran Bretaña han resguardado mayores extensiones de mar (la Gran Barrera –300.000 km2–; Papahanaumokuakea en Hawai –360.000 km2–; Islas Phoenix –408.250 km2–; e Islas Chagos –545.000 km2–).

- El área marina protegida Seaflower, con 65.000 km2, es una de las más grandes del planeta (el ecosistema completo tiene 349.800 km²). Alberga gran diversidad de especies entre las que se cuentan más de 300 de macroalgas, 41 de corales, 40 de octocorales, 184 de invertebrados y más de 130 de peces. Además, allí se encuentra la segunda barrera de arrecifes más grande y mejor conservada del Caribe (Old Providence).