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El Invima aclaró que la publicidad de los productos de su vigilancia debe ser clara con el usuario, para no inducirlo a tomar una decisión errónea. | Foto: Revista Dinero

Salud

Invima rechaza la tercera parte de las propuestas sobre publicidad

Haciendo referencia al producto Revertrex de Amparo Grisales, la entidad reveló que de las 37 solicitudes de conceptos para publicidad de este producto, sólo fueron aprobadas dos, pues no se pudo comprobar que tuviera efectos rejuvenecedores.

27 de marzo de 2012

Al referirse oficialmente al caso del producto Revertrex, el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos informó que en 2011 recibió 8.095 solicitudes de aprobación previa o solicitud de conceptos sobre publicidad para los productos, de las cuales fueron aprobadas 5.242 que corresponden a un 64%, mientras el 36% fueron negadas o requeridas. 

Además, fueron calificados 119 procesos por infracción en materia de publicidad. En el caso de los suplementos dietarios se recibieron 447 solicitudes de las cuales 172 (38%) fueron aprobadas y el restante 62% fue negado (incluidas 32 de 37 del producto Revertrex).

El Invima confirmó que ninguna de las cinco publicidades aprobadas del producto Revertrex incluyen: “El Revertrex participa como activador de la longevidad”, “fuente de eterna juventud”, entre otras, dado que su uso sólo está aprobado como suplemento dietario.

“El producto Revertrex al haber sido estudiado y autorizado como suplemento dietario, no ofrece ningún riesgo para la salud; y la publicidad y las etiquetas con las que se comercializa el producto deben ajustarse a la normatividad sanitaria vigente”, dice.

Por no cumplir con ese contexto, el Invima impuso una sanción el 28 de noviembre de 2011 y compulsó oficios a la Superintendencia de Industria y Comercio para lo de su competencia.

A pesar de que por ley, la publicidad de los productos debe brindar información acertada e inducir al consumidor a una adquisición certera que no genere riesgos en su salud, persisten errores como la exageración o invención de propiedades que no poseen.

Esto puede el inducir al consumo de productos de especial cuidado como los medicamentos o el incitar al consumidor a la práctica de hábitos no saludables.