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En 2009 se dijo que los precios de la vivienda aumentaron motivados por las bajas tasas de interés y el excesivo endeudamiento que ellas generaron, ahora se puede hablar de algunas nuevas consideraciones. | Foto: Cortesía.

Negocios

¿Comprar vivienda para pensionarse?

¿Qué explica el aumento de los precios de la vivienda en un mundo con bajo crecimiento y anémico aumento en el ingreso?

5 de mayo de 2015

Convencionalmente el mercado de finca raíz, en especial de vivienda, se analiza desde una perspectiva económica a través de los factores de oferta y demanda como son el ingreso y el empleo, el precio y el valor del arrendamiento, la tasa de interés y los beneficios tributarios de la inversión o el endeudamiento, el crecimiento de la población, la formación de hogares y el déficit habitacional. También se hace analizando otros aspectos, como los costos de los materiales de vivienda, los flujos de capital y la disponibilidad del crédito.

Ahora se le suman algunas conjeturas de lo que ocurre en los mercados inmobiliarios del mundo en la medida que en general los altos precios son objeto de mayor investigación y algunas voces reiteran que se puede estar conformado una nueva burbuja.

Si con el retrovisor puesto en 2009 se dijo que los precios de la vivienda aumentaron motivados por las bajas tasas de interés y el excesivo endeudamiento que ellas generaron, ahora se puede hablar de algunas nuevas consideraciones.

Una es precisamente que las bajas tasas de interés y la enorme liquidez parecen ser la nueva norma. Lo cual es relevante si se tiene en cuenta que Estados Unidos, Europa, Reino Unido y Japón representan casi el 93% de las reservas internacionales del mundo o de la liquidez que sirve como medio de intercambio y forma de ahorro. En igual sentido se puede decir del tamaño financiero y de la importancia de los mercados de capitales que el dólar, el euro, la libra esterlina y el yen representan la globalización financiera.

Esta vez, la política de relajamiento cuantitativo no sólo se centra en que las tasas de interés de corto plazo sean mínimas y la liquidez sea muy holgada sino que también en que las tasas de interés de largo plazo sean bajas para promover la inversión productiva. En recientes años se han visto tasas hipotecarias históricamente bajas en Estados Unidos así como este año se han visto tasas de interés negativas en bonos a 5 y 10 años emitidos por varios países de Europa.

Las menores tasas de interés no solo llevan a una menor presión financiera en la deuda de los hogares y estimulan la recuperación de la demanda de vivienda, también ponen a pensar a muchos en el sentido que la inversión en finca raíz es una gran oportunidad en un mundo donde no se perciben presiones de inflación y por el contrario el crecimiento sigue siendo muy mediocre.

Esta situación ha sido denominada estancamiento secular y ha sido motivo de debate entre economistas y autoridades económicas. En un mundo sin inflación y muy bajo crecimiento, las tasas de interés y la liquidez pueden mantenerse holgadas por años. Es lo que sugieren los mercados en cuanto a expectativas de inflación y tasas de los bancos centrales.

En ese contexto, aún con tasas de desempleo y nivel de ingresos que no justifican los precios de la vivienda, se puede explicar que algunos inversionistas inmobiliarios consideren atractiva la inversión en finca raíz pues de ser cierta la teoría del estancamiento secular del mundo, las tasas de interés poco ayudaran a preservar el valor del ahorro o la consecución para muchos profesionales de una pensión en el futuro.

Comprar vivienda como forma de ahorro y como forma de asegurarse una pensión en un mundo de bajas tasas de interés explicaría parte del fenómeno mundial. Falta agregar que desde una óptica similar, el nobel y reconocido economista, Robert Schiller, dijo la semana pasada en Washington que nunca antes la humanidad había estado tan ansiosa y que la posibilidad de que en la era digital y virtual los robots sustituyan el trabajo humano no sólo estaba generando un mayor nivel de ahorro en las personas sino una inusitada preferencia por invertir en vehículos de inversión que contemplen generar rendimientos a través el mercado inmobiliario y de vivienda.