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La inflación en octubre bajó, ¿pero hará esto que el Banco de la República abandone la política de incrementos de las tasas de interés que inició en abril?

10 de noviembre de 2006

La inflación, que durante el primer semestre del año estuvo en línea con la meta entre 4% y 5%, fijada por el Banco de la República para el año, se disparó a partir de julio, generando gran preocupación entre los miembros de la Junta de la entidad. Más que por las razones puntuales que podrían explicar las alzas en los precios, por las expectativas que podrían formarse entre los agentes económicos, por el hecho de que se estuvieran registrando tasas de inflación más altas en una economía en expansión.

Julio, agosto y septiembre registraron tasas de inflación anual entre 4,5% y 4,7%, muy por encima de las expectativas del banco para el cumplimiento de la meta de este año y también para el cumplimiento de la del año entrante. Esto llevó al banco a actuar rápidamente con aumentos continuos de las tasas de interés.

Todo parece indicar que la medida fue efectiva, ya que mientras la tasa de repo central o tasa base para las subastas de expansión se encuentra en 7,25% (era 6% en abril), la inflación de los últimos 12 meses descendió de 4,72% en agosto y 4,58% en septiembre, respectivamente, a 4,19% en octubre.

Sin embargo, la pregunta que surge ahora es si el banco terminó ya con los incrementos en las tasas de interés o si, por el contrario, habrá más aumentos hacia adelante. Una pregunta que ninguno de los miembros de la Junta del Banco está dispuesto a contestar.

Para las decisiones de política monetaria, la Junta del Banco no solo se basa en la inflación observada, sino que analiza el conjunto de variables que inciden en la formación de los precios, tanto en el momento actual como hacia adelante. De hecho, los aumentos de las tasas de interés por parte del banco no se iniciaron cuando la inflación observada aumentó en julio, sino con anterioridad, en abril, porque ya había señales de presiones inflacionarias a mediano plazo.

En ese momento, las diferentes variables —consumo de los hogares, cartera de crédito, utilización de la capacidad instalada— mostraban un crecimiento acelerado, que si no se atenuaba, podría poner en entredicho la reducción de la inflación en el mediano plazo, a la cual el Banco le está apostando desde hace varios años.

En octubre, la inflación observada, en efecto, bajó; pero habría que mirar qué está pasando con las demás variables, para tratar de visualizar lo que el banco posiblemente hará en materia de tasas de interés hacia adelante.

La tasa de cambio es la primera variable que hay que mirar, pues es crítica para determinar el curso de la inflación. Buena parte de los logros en materia de inflación se ha debido a la tendencia a la revaluación que el tipo de cambio ha mantenido.

Este año se tiene un ejemplo del impacto de esta variable sobre la inflación. La tasa de cambio, que empezó el año con tendencia a la revaluación, se devaluó 12% entre abril y julio. De inmediato, el efecto se sintió en las cifras de inflación de julio a septiembre. Posteriormente, la revaluación volvió a partir de julio y de nuevo se vio reflejada en el menor dato de inflación, incluso negativo, de octubre.

La cartera de consumo, otra variable clave, sigue creciendo a tasas aceleradas, debido a que las tasas de interés en Colombia, a pesar de ser altas frente a estándares internacionales, están en niveles históricamente bajos. No es conveniente que la cartera de consumo siga creciendo a tasas por encima del 40% anual, ya que podría desembocar en una crisis similar a la que se vivió a finales de los 90.

El consumo de los hogares está creciendo muy bien, tanto por la confianza de los consumidores, como por la liquidez y el acceso al crédito. Es bueno que el consumo crezca, pero no al punto de que presione los precios.

Por último, la utilización de la capacidad instalada industrial sigue creciendo y está en un máximo histórico. Incluso está por encima del nivel de abril que fue cuando el banco inició las alzas de la tasa de interés.

En resumen, salvo la revaluación que ayuda al control de la inflación, todos los demás factores que llevaron al banco a aplicar una política monetaria más restrictiva en abril se mantienen presentes. Es posible, por tanto, que el banco suba nuevamente las tasas de interés para evitar presiones inflacionarias hacia adelante.

Habría un factor adicional para considerar y es el impacto de las mayores tasas de interés en Colombia sobre los flujos de capital, más aún frente a un panorama de no más aumentos en las tasas de interés de Estados Unidos.