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Las exenciones sobre adquisición de bienes de capital activaron el sector petrolero y la queja es que no deja una infraestructura montada y no utiliza una cantidad significativa de mano de obra.

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Impuestos. Exenciones la gran crítica

Las quejas sobre la posición fiscal, las exenciones de impuestos en varios sectores de la economía y los contratos de estabilidad jurídica, logran opacar los logros obtenidos en materia del aumento en el recaudo durante el gobierno del presidente Uribe.

8 de agosto de 2010

El sistema de impuestos del país sigue siendo ineficiente en materia de recaudo, en la medida que no alcanza para cubrir los múltiples gastos del gobierno. Esto se refleja en que a pesar de haber tenido unos años de expansión económica el déficit proyectado del gobierno central para el 2010 (4,7%), es prácticamente igual al que recibió el presidente Uribe en el 2002.

Adicionalmente, al gravar en exceso algunas inversiones, imponer múltiples exenciones y tarifas, se crearon distorsiones y un sistema inequitativo en la asignación de recursos entre actividades y contribuyentes, por lo tanto promueve la informalidad, la desintermediación financiera y la evasión en muchos frentes.

El IVA es un ejemplo de cómo las múltiples tasas hacen ineficiente el recaudo. Un estudio de Fedesarrollo muestra que si se igualara la tasa del IVA para todos los bienes y servicios al 16%, el recaudo aumentaría en 1,7% del Producto Interno Bruto.

Aunque hay que reconocer que en materia de recaudo el gobierno tiene cifras destacables, por ejemplo mientras en el año 2002 el país recaudaba $39 billones de impuestos, en el año 2009 el recaudo realizado por la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian) aumentó a $69 billones, lo que representa un incremento del 76% por ciento en el pago de tributos. Sin embargo, el recaudo sigue siendo insuficiente para cubrir los gastos del gobierno y esto sólo se puede solucionar generando mayores ingresos.

Al respecto el consultor privado de impuestos y ex director de la Dian, Horacio Ayala, comentó que es normal cuando hay crecimiento económico que se aumente el recaudo, pero que en el gobierno del presidente Uribe se priorizó el uso de capital y no para la mano de obra y que reducir el IVA a los vehículos y aumentarlo en otros productos no fue una buena medida.

“En el gobierno del presidente Uribe, se puso mucho énfasis en el IVA que es un impuesto que afecta en mayor grado a los estratos bajos y se otorgaron beneficios en el impuesto de renta que afecta el principio de progresividad”, comentó Ayala.

Otro lunar en el tema de impuestos fueron las exenciones y los contratos de estabilidad jurídica. Se crearon más de 10 nuevas exenciones, una de las más criticadas fue a la de adquisición de activos fijos a las que muchos economistas le atribuyen parte del problema de la tasa de desempleo del 12% que tiene Colombia hoy en día.

Este tipo de exenciones activaron el sector petrolero y la queja hacia este sector es que no deja una infraestructura montada y no utiliza una cantidad significativa de mano de obra.

Una exención que tuvo un propósito positivo fue la de la industria hotelera, según Ayala esta tenía buenas intenciones pero la extendieron de la construcción de hoteles a las remodelaciones. Por lo tanto, se prestó para perder el control. “Es muy difícil en un hotel o edificación que se remodela cual es la renta proveniente de esa inversión y de esa nueva estructura, por lo tanto se incentiva la evasión”, dijo.

Finalmente el tema de los contratos de estabilidad jurídica fueron un tema muy criticado en el gobierno del presidente Uribe. Las empresas que han logrado firmar estos acuerdos quedan blindadas entre 3 y 20 años a cambios en las leyes tributarias como aumentos en el impuesto de renta o al patrimonio, a cambios en tarifas regulatorias y a cambios en licencias ambientales. Además tendrán un subsidio tributario del 40% al costo de maquinaria para reinversión de utilidades, reducción del impuesto de renta, entre otras ventajas tributarias.

Según Salomón Kalmanowitz, el gobierno devolvió impuestos por adquisición de bienes de capital y a las empresas que declaraba zonas francas, por entre $6 billones y $8 billones por año. Por lo tanto, además de discriminatorias, estas medidas resultan nuevamente poco progresivas.

Para Ayala, estos son contratos a muy largo plazo y cree que van a interferir con cualquier proyecto de reforma tributaria del nuevo gobierno. “Hay mas dificultades para racionalizar el sistema tributario”, agregó.

En algunos discursos del nuevo ministro de hacienda, Juan Carlos Echeverri, alcanzó a sugerir que el nuevo gobierno eliminará algunas exenciones y realizará algunas reformas tarifarias, nuca se habló de una reforma tributaria. El nuevo gobierno enfrenta un reto importantísimo en materia de impuestos si quiere mejorar la situación fiscal del gobierno y si quiere aprovechar los años de bonanza que aparentemente le esperan al país.