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Guillermo Fonseca, presidente de la petrolera Hocol. | Foto: Semana

PETRÓLEO

¿Guerra sucia para sacar a Hocol de La Macarena?

La petrolera denuncia que sus opositores están mintiéndole a la comunidad para asustarla y a los activistas que quieren hacerlos ver como ignorantes. Este sábado volverán a enfrentarse.

9 de septiembre de 2016

Este sábado Hocol y sus opositores se enfrentarán nuevamente sobre el futuro del campo petrolero CPO 16 durante un cabildo abierto convocado por el Concejo de San Juan de Arama, un municipio en la región de La Macarena (Meta). La petrolera está denunciando que sus opositores han hecho una campaña negra que tiene asustada a la comunidad a punta de mitos sin sustento científico pero los activistas de la región dicen que sí tienen argumentos técnicos.

Hocol, filial de Ecopetrol, lleva varias semanas dando declaraciones a la prensa sobre su intención de perforar el pozo Pegaso antes de que termine el año. Las directivas creen que al dar la cara desde el comienzo evitarán que Pegaso termine convertido en un caballo de batalla y corra la misma suerte que el bloque Serranía de Hupecol. Hupecol había obtenido una licencia ambiental pero la oposición al proyecto en redes sociales llevó a que el presidente Juan Manuel Santos ordenara la revocatoria.  

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Dicen que está en peligro la seguridad alimentaria, que el petróleo contamina sí o sí, que tiene agroquímicos y elementos que pueden generar mutaciones genéticas, que produce enfermedades en el ganado, que produce sismos y deslizamientos que arrasan la vegetación por lo cual las zonas verdes se van a convertir en desiertos. Dicen que los recursos de la industria no los benefician y que el gobierno no gana nada, dicen que la exploración sísmica seca el agua y que los disparos sísmicos profundizan el nivel freático, entonces la gente no va a poder sacar agua de sus pozos y los animales no van a tener agua para beber”, explicó Jaime Checa, jefe de geólogos de Hocol a Dinero.

Checa asegura que tiene argumentos técnicos para derribar cada uno de estos temores, cree que muchos de ellos no tienen lógica y no son racionales.  

La empresa recurre a cualquier cantidad de argumentos ficticios para generar la percepción de que las comunidades son comunidades ignorantes y que están reclamando de manera absurda”, dijo por su parte, Julián Villa miembro de la mesa hídrica de San Juan de Arama.

Villa aseguró a Dinero que está convencido de que el petróleo sí puede terminar generando daños al medio ambiente y a la salud de las personas y explicó que muchas de sus afirmaciones están sustentadas en estudios independientes. Algunas veces los activistas de su equipo se apoyan en afirmaciones de los profesores Óscar Vanegas de la Universidad Industrial de Santander y Julio Sierra de la Universidad Nacional.

Óscar Vanegas fue el profesor que protagonizó la pelea con el presidente de Ecopetrol Juan Carlos Echeverry en el Congreso donde el ejecutivo aseguró que era más fácil encontrar en internet casos de secuestros ovnis que casos de ríos afectados por el petróleo.  

“(Hago un llamado) a que nos unamos y hagamos una consulta popular en cada municipio y detengamos esta locomotora minero-energética del gobierno de Santos que no le importa que más adelante esto sea un desierto y nuestros hijos no tengan futuro”, dijo Edison Reinoso, otro de los activistas, al canal TV Orinoquía tras abandonar una mesa de trabajo con Hocol.    

¿Quién tiene la verdad?

Imagínese que está en una finca ganadera en el Meta y de repente le dicen que su territorio se va a transformar en un desierto, sacudido por terremotos constantes y que sus hijos podrían nacer con retraso mental por culpa de una petrolera a la que ni siquiera conoce. Por otro lado la compañía le dice que viene una ola de progreso y oportunidades sin acabar con el medio ambiente ¿Qué pensaría?

La comunidad de la región tiene dos fuentes para salir de las dudas y ninguna es imparcial. Hocol evidentemente tiene interés económico en un proyecto que podría representar 120 millones de barriles en reservas y los activistas claramente quieren echar a la firma de la zona.  

Ambos lados de la discusión reconocen que hay dificultades en el acceso al conocimiento para la comunidad. Villa dice que no hay estudios oficiales que midan el impacto real de la industria sobre las fuentes de agua y que tampoco ha existido financiación para ese tipo de investigación mientras el presidente de Hocol, Guillermo Fonseca, reconoce que la industria ha mantenido por años un perfil tan bajo en estas discusiones que algunos temores ya hicieron carrera en el imaginario colectivo.

Hocol asegura que podría invitar a universidades a hacer ‘experimentos’ en la zona para demostrar que la sísmica no daña las fuentes subterráneas de agua pero hasta ahora no ha concretado el proyecto.  

Por el momento la discusión está en el terreno de a quién creerle o en quién confiar, en lugar de girar en torno a cómo probar quién tiene la razón, científicamente hablando.  

El proyecto Pegaso

Hocol planea invertir unos US$15 millones en tres pozos en el bloque CPO 16: Pegaso, Dumbo y Morocha.

Pegaso es el primero en la lista y para él Hocol ya tiene lista una licencia ambiental que autoriza a la compañía a verter agua tratada en el río, sin embargo, la petrolera ha prometido que no va a usar esa posibilidad sino que va a reinyectar el agua tratada de regreso al subsuelo.

La firma también ha estado adelantando la compra de predios en medio de disputas jurídicas con algunas pobladores. Según el cronograma la plataforma de exploración debería ser construida en octubre mientras la perforación tendría lugar entre noviembre y diciembre.

El pozo está ubicado en la zona norte del Área de Manejo Especial de la Macarena (Amem). Para los opositores al proyecto esto implica que la licencia tiene problemas legales, igual que la de Hupecol, pero Hocol insiste en que en esa zona sí se permite la explotación de hidrocarburos.