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La campaña presidencial golpeará “durísimo” la confianza del consumidor

El período de campaña presidencial va a golpear “durísimo” la confianza del consumidor a lo largo del primer semestre del año, según lo afirmó en una entrevista concedida a Dinero el fundador de Raddar, Camilo Herrera Mora.

11 de enero de 2018

“En las campañas le dicen al mercado que ‘el país está vuelto pedazos y el único que lo puede salvar soy yo’. Ese es el lenguaje de cualquier candidato”, comentó Herrera Mora.

El fundador de la consultora Raddar señaló que de aquí a que haya un nuevo presidente, “todo el lenguaje va a ser negativo y se va a reforzar la idea de que el país va mal”.

“Las mamás, de tanto escuchar eso, van a terminar creyendo que el país va mal cuando en verdad no lo está”, añadió Camilo Herrera Mora, al explicar cómo se moverá el gasto de los hogares en el transcurso de este año que hasta ahora comienza.

Visite: Desde 2009 el gasto de los hogares no registraba un crecimiento tan pobre

Herrera Mora afirmó que “tan pronto se elige un nuevo presidente el estado anímico de la gente aumenta. Y por allá en agosto 20 o 30, después de posicionado el nuevo mandatario, su ministro de Hacienda nos va a decir que tiene reforma tributaria, pues está casi cantado sin importar quién sea el presidente”.

“Estamos frente a un primer semestre muy duro de mensajes negativos y un segundo semestre de más confianza, pero con el efecto de una reforma tributaria”, resumió el ejecutivo.

 Frente a las proyecciones del crecimiento del gasto de los hogares en el 2018, Herrera Mora afirmó que lo más seguro es que se ubique en un rango del 3% en volumen o términos reales (en corriente se estaría hablando de un aumento de 6 a 6,5%).

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“Si planteamos un escenario positivo, puede que el gasto crezca hasta un 5% si la gente vuelve a comprar carros. Y tendríamos que pensar en un escenario negativo donde los salarios no aumenten como estamos esperando que aumenten. En ese caso el crecimiento sería del 1,5% o 2%”, afirmó.

Cuestionado sobre el impacto que tendría el aumento de $43.528 en el salario mínimo sobre el gasto, Herrera Mora argumentó que es necesario volver al debate y repensar la manera en la que se está abordando este fenómeno.

“El precio de salario mínimo se refiere a un precio de referencia y no a un salario. La economía colombiana se indexó en muchas cosas con respecto al salario mínimo y eso provoca que en el análisis se caiga en un trampa”, aseguró.

Según Herrera, tomar la decisión sobre el salario mínimo nunca es fácil justamente porque está atado directamente a los incrementos generales que se dan en el país. 

“Y en realidad no son más de 4 millones de colombianos los que están vinculados con el salario mínimo. Lo importante en este momento no es cuánto suba el salario mínimo, porque en 2016 y 2017 se recuperó muy bien en términos reales pero eso no va a mover el mercado”, añadió el vocero de Raddar.

Concluyó diciendo que el problema está en que las personas que no tienen salario mínimo, aquellos de ingresos medios y altos, casi no tuvieron aumento de salario y por ende el mercado no se mueve como debería. “El debate tiene que ser distinto: ¿cuánto deben aumentar los salarios en Colombia?”, se preguntó Herrera.

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¿Cómo se ha movido el gasto de los hogares colombianos?

El gasto de los hogares, entendido como el pago de servicios y productos tanto nuevos como usados en el mercado, ha tenido diferentes etapas en los últimos años.

Raddar explica que en el 2015 hubo una dinámica importante gracias a las remesas que entraron al país. Mientras que en el 2016 el gasto de los hogares creció muy poco, cerca del 0,6%, debido mayormente a la inflación.

“Si bien a final de año quedó en 5,75% la inflación, más o menos en julio llegó a cerca del 9% (…) eso le pegó a los hogares de manera muy importante e hizo que gastaran mucho menos”, señaló Herrera.

De acuerdo al experto, en el 2017 se juntaron todos los elementos para crear la tormenta perfecta. “El salario mínimo aumentó un 7%, pero los salarios en promedio de los hogares en Colombia tanto formales como informales no subieron más que un 4%”, complementó.

Diciembre, período en que el gasto de los hogares creció 6,1%, fue el mes de la recuperación. Esto permitió que los colombianos llegaran al 2018 más “relajados” pero con cierta cautela de lo que va a pasar.

Muestra de ello es que el mercado, de acuerdo a los pronósticos de Raddar, seguirá reaccionando muy bien a los precios bajos que ofrecen las tiendas como Ara o Justo & Bueno, o en otros sectores, firmas como Viva Colombia o Wingo.

“Frente al choque de la inflación y la devaluación,  la gente dijo que comprar barato es más sensato que comprar caro. Lo cual necesariamente no es cierto pero a la gente se le metió a la cabeza esa idea. Obviamente cuando usted compara más barato todo se calma, pero la gente empezó a consumir volúmenes más pequeños. Ya no compraba un litro de leche sino 200 mililitros y cosas de ese estilo. Eso provocó que los per cápita de consumo cayeran en 2017”, finalizó Herrera.

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