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Podría existir un rasgo genético desconocido que predispone a la mayor felicidad y menor probabilidad de sufrir un mal cardíaco.

Estudio dice que la felicidad ayuda al corazón

Se ha reiterado hasta el cansancio: para evitar un ataque cardíaco, hay que dejar el cigarrillo, comer alimentos sanos y hacer ejercicio. Según un estudio nuevo, también es útil ser feliz, así que quien sea gruñón por naturaleza, que trate de ser alegre.

20 de febrero de 2010

Los investigadores de la Universidad de Columbia evaluaron los niveles de felicidad de más de 1.700 adultos en Canadá sin problemas cardíacos en 1995. Diez años después examinaron a los 145 participantes que tenían problemas cardíacos y hallaron que a mayor felicidad, menor probabilidad de padecerlos.

El estudio aparece en la edición electrónica del European Heart Journal.

"Si uno no es feliz por naturaleza, trate de actuar como si lo fuera", dijo la doctora Karina Davidson, del Centro Médico de Columbia, autora principal del trabajo. "Podría ser bueno para el corazón".

Davidson y sus colegas usaron una escala de cinco puntos para medir la felicidad. Luego la ajustaron estadísticamente por factores tales como edad, género y tabaquismo.

Por cada punto en la escala de la felicidad, disminuía en un 22% la probabilidad de padecer un problema cardíaco. El estudio fue financiado por los Institutos Nacionales de Salud del gobierno estadounidense y otras instituciones.

Según Davidson, las personas felices suelen llevar una vida más sana.

Podría existir un rasgo genético desconocido que predispone a la mayor felicidad y menor probabilidad de sufrir un mal cardíaco.

Otros especialistas dijeron que la felicidad misma podría redundar en un corazón más sano comparado con emociones tales como el estrés o la depresión.

El estrés suele liberar hormonas que pueden ser dañinas para el músculo cardíaco. También puede provocar dilatación excesiva de los vasos sanguíneos, lo cual permite que las placas en las paredes de los vasos se desprendan y formen tapones, dijo Joep Perk, vocero de la Sociedad Cardiológica Europea, quien no participó del estudio.

"Suelo decirles a mis pacientes que no se depriman demasiado porque es malo para el corazón", dijo Perk. "Se necesita tiempo para recargar las baterías, caso contrario el corazón no lo soporta".

 

(AP)