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El negocio de las esmeraldas mueve US$120 millones en exportaciones al año.

Minería

Esmeraldas, un mercado más pulido

Las joyas colombianas son reconocidas mundialmente por su calidad y precio. En el mercado interno es un negocio que también mueve millones.

Paulo Matamoros Sabogal
21 de agosto de 2013

El mercado de las esmeraldas en Colombia, que antes se veía con recelo al interior del país por la ola de violencia que generaba en las zonas de explotación, así como por la ilegalidad en la comercialización de las piedras, ha cambiado en la actualidad. La explotación y la comercialización están reguladas y su gremio es organizado.

El negocio de las esmeraldas mueve US$120 millones en exportaciones al año, y dentro de su cadena de producción intervienen varios actores como los mineros que las buscan en los socavones de Muzo, Coscuéz, Chivor y Gachalá.  Ellos aportan el mayor esfuerzo y por eso el gobierno nacional reglamentó de manera más estricta la minería en el país. Se busca garantizar a los mineros las prestaciones sociales.

Los comerciantes y comisionistas son quienes compran las piedras en bruto que traen desde Boyacá a la Capital de la República. Ubicados en el centro de la Capital de la República, forman el centro de comercio de esmeraldas más grande del mundo. En La Playa, como denominan al espacio de la Avenida Jiménez entre carrera séptima y octava, se cuentan por cienes, sin embargo en los edificios del sector es en donde se mueve la mayor parte del dinero.

Emerald Trade Center es el centro comercial de los esmeralderos y está ubicado en la esquina de la  Avenida Jiménez con carrera quinta. Allí hay joyerías, casas de cambio, laboratorios gemológicos hasta las oficinas de los empresarios o patrones como los llama el gremio.

El centro comercial de esmeraldas es  un lugar de contrastes, en los que hay piedras de  $234 millones, como la que ofrece William Linares, comerciante de ese lugar. Sin embargo, también se consiguen artesanías desde $70 mil fabricadas en moralla, que es el sedimento que rodea a la esmeralda en las minas.

Uno de los locales en los que no hay que pagar millonadas por un bien o servicio es el de C.G.I.E., uno de los laboratorios gemológicos ubicados en el segundo piso de Emerald Trade Center. Susana Durán trabaja allí y dice que su negocio “Es el salón de belleza de las esmeraldas, se cobra  entre $8 mil y $15 mil por kilate de tratamiento especial  que puede durar hasta 10 o 15 años”.

También están los medianos joyeros como Mauricio Martínez propietario Art Emeralds and Jewels. Él es economista de profesión, pero esmeraldero por pasión, gemólogo empírico. Dice que su joyería es pequeña comparada con las otras del lugar. Sin embargo alguna vez vendió una piedra en US$65 mil dólares con tarjeta de crédito.

El gremio de los esmeralderos trabaja en el cambio de imagen del negocio y busca acercar las esmeraldas a los ciudadanos. Es así como se creó un lugar para apreciarlas y aprender del proceso de producción.  Es el Museo Internacional de la Esmeralda ubicado en el piso 23 del Edificio de Avianca en el centro de la ciudad. Por $5 mil se tiene acceso a la réplica de una mina, un recorrido por un túnel de 27 metros cúbicos muy bien ambientados.

Es un museo creado en 2008 por el empresario de las esmeraldas Alberto Sepúlveda. Después de 13 meses de preparación se abrió al público  con la intención de  rescatar y mejorar la imagen de las esmeraldas en el mundo, según asegura Ricardo Sepúlveda, hijo del fundador. Agrega que es un proyecto privado, pues cuando desde su planeación se tocaron puertas, pero no hubo apoyo de entidades estatales.

En el museo hay coleccionadas más de 2.500 piezas que se rotan, pero en exhibición permanente son 500. También existe una joyería en el mismo lugar. Un guía enseña a los visitantes el proceso total, desde la extracción hasta ver el producto terminado en las joyas. Esa es tan solo una muestra para turistas extranjeros y visitantes nacionales.

El mercado tiene diversas facetas, pero lo innegable es la aceptación de las esmeraldas colombianas en el mundo es tan grande que famosos de Hollywood, familias reales y cantantes las usan por ser únicas, pues según los expertos en el tema es imposible que existan dos iguales.

Por su parte quienes viven de las esmeraldas, están orgullosos de su oficio, pues generaciones se han dedicado al negocio y así han surgido sus familias. Los conocimientos se han transmitido de padres a hijos, lo que ha hecho que el universo verde de la capital de Colombia crezca y cambie su imagen.