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La “bomba atómica” del SITP, como la ha definido Peñalosa, solo podrá ser desactivada en la medida en la que “se inviertan recursos, se fortalezcan las decisiones administrativas y haya claridad política”, | Foto: Flickr- Jorge Andrés Calderón

Movilidad

¿Por qué el SITP sería una bomba de tiempo para la próxima administración de Bogotá?

Uno de los mayores desafíos para el alcalde electo de Bogotá, Enrique Peñalosa, será garantizar la viabilidad del Sistema Integrado de Transporte (SITP) que se debate en medio de la falta de eficiencia y cobertura.

25 de noviembre de 2015

Los estudios que se realizaron en el año 2010 estimaban que para esta fecha el SITP transportaría a unas 6 millones de personas al día, sin embargo, la realidad es que los buses tradicionales movilizan a más personas (1,7 millones de abordajes diarios frente a 1,3 millones).

Así lo confirmó en una entrevista concedida a Dinero el economista y vocero de las concesionarias del SITP, César González, quien además explicó que el costo fiscal para sostener el sistema será del orden de los $800.000 millones al finalizar este año

“En lo privado, el balance agregado de los siete concesionarios va a mostrar una pérdida de $200.000 millones en 2015”, la cual se suma a una del mismo valor que ha sido acumulada entre 2013-2014, agregó el exsuperintendente de servicios públicos.

El vocero manifestó que “Bogotá no se puede pensar sin el SITP”, pues el futuro Metro solo transportará al 5% de la población. “Debemos garantizar la viabilidad del sistema, que marche en condiciones de eficiencia y tranquilidad desde el punto de vista financiero para todo el mundo”, argumentó González. 

Y es que los problemas del SITP arrancaron desde que dos (Ecobus y Egobus) de sus nueve operadores iniciales tuvieron inconvenientes financieros para poner en marcha sus operaciones. Las dos organizaciones, que fueron intervenidas por la Superintendencia de Puertos y Transporte, en conjunto representan el 35% de la estructura del SITP (2.700 vehículos). 

Esta es una de las razones por las que aún circulan en las calles más de 8.000 buses colectivos que no han sido integrados al sistema. Ante las demoras y como respuesta a esta problemática se ha tomado la decisión de adaptar de forma “provisional” a los viejos buses para que cubran la demanda de transporte en la ciudad.

Cesar González fue enfático al señalar que esa medida “no está contemplada en ninguna parte” y “daña la imagen del SITP”. Es preciso señalar que esos buses se siguen pagando en dinero en efectivo, recogen a los pasajeros en cualquier punto y no cuentan con ninguna herramienta tecnológica para el seguimiento en ruta. 

Esta situación se conecta con una problemática de igual magnitud: La chatarrización. Datos entregados por González revelan que al menos 5.000 carros tendrán que salir de circulación, un proceso que le costará al sistema al menos $700.000 millones.

Tampoco deja de ser problemático el gran porcentaje de personajes que ingresan sin pagar al sistema de transporte SITP. Los colados le generan al sistema pérdidas cercanas a los $540 millones diarios, aunque podría ser un monto más elevado porque en algunas zonas de la ciudad el índice supera al promedio. 

La “bomba atómica” del SITP, como la ha definido Peñalosa, solo podrá ser desactivada en la medida en la que “se inviertan recursos, se fortalezcan las decisiones administrativas y haya claridad política”, concluyó el vocero.

El alcalde electo ha reiterado en varias oportunidades que los inconvenientes del SITP son una herencia de los mandatarios Samuel Moreno, Clara López y Gustavo Petro, que realizaron una “mala planeación” durante sus administraciones.

Enrique Peñalosa se ha comprometido a optimizar las operaciones del SITP, ya que “les quitaron el bus tradicional a las personas sin reemplazar las antiguas rutas”, lo cual “ha favorecido el surgimiento del transporte informal en las calles de los barrios”. 

Su plan de Gobierno contempla mejorar la comodidad, seguridad y la velocidad no solo de TransMilenio sino del SITP, ya que los buses azules andan a una velocidad promedio de 12 kilómetros por hora. Además prevé aumentar el número de puntos de venta y recarga de tarjetas, adjudicar lotes para la construcción de patiotalleres y mejorar las condiciones laborales de los conductores ya que según él son sometidos a presiones que se traducen en accidentes viales.