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"Tras cuatro horas de estar sentado, el cuerpo comienza a mandar señales dañinas", dijo Ekblom-Bak. Agregó que los genes que regulan la cantidad de glucosa y grasa en el cuerpo comienzan a dejar de funcionar.

¿El periodismo si paga?

El periodismo sigue hallando reclutas en época de crisis. Sin embargo, la situación en la industria significa nuevas oportunidades para conectarse con los lectores en Internet, pero también incertidumbre sobre cómo ganar dinero.

28 de octubre de 2009

Para una nueva camada de periodistas, con muchos más interesados en comenzar los estudios de esa disciplina en el nuevo período lectivo, el revuelo en la industria del periodismo presenta  un panorama inestable acerca de cómo ganar plata con esta disciplina. Esta situación plantea un dilema para las escuelas de periodismo y comunicaciones, que insisten en que todavía hay empleos, aunque admite que los estudiantes necesitarán más espíritu empresarial y un nuevo bagaje de habilidades.

 

A los 21 años, Alana Taylor vio su carrera en el periodismo transformada y quizás tronchada por la tecnología que está dando una nueva fisonomía a su actividad.

Llegó hace cuatro años a la Universidad de Nueva York pensando en orientar su carrera hacia las revistas. Ese interés dejó paso rápidamente al bloguing, que a su juicio parecía un medio más rápido para proyectar sus escritos. Pero cuando se dio cuenta de que a US$15 la publicación no iba a pagar las cuentas, se empleó en una empresa tecnológica emergente para investigación de mercado.

Por ahora, Taylor considera el periodismo como un pasatiempo. "Mantengo la idea de hacerlo de manera independiente", dijo, pero las pocas oportunidades que se presentan pagan poco o nada.

Vale la pena considerar las más recientes estadísticas sobre el mercado laboral.

Según una encuesta difundida hace poco por Lee Becker, en la Universidad de Georgia, sólo seis de cada diez graduados en las escuelas de periodismo y comunicaciones durante el año académico 2007-08 consiguieron trabajo de tiempo completo entre los seis y los ocho meses después de completar los estudios, el menor porcentaje desde que la encuesta anual comenzó hace 23 años. Simultáneamente, esos programas otorgaron más títulos que nunca, unos 55.000.

Como muestra el caso de Taylor, aun para quienes acogen entusiastas las nuevas tecnologías y nuevas facetas del periodismo, no hay garantía de que puedan ganarse la vida. Taylor halló su lugar escribiendo sobre tecnología y medios sociales. El blog Mashable le ofreció pagarle para entrevistar a ejecutivos de empresas emergentes y cubrir conferencias tecnológicas en Nueva York. Y descubrió que escribir en línea tenía un atractivo que había perdido en la letra impresa.

"Realmente me agrada la idea de elaborar mi propia marca personal", explicó. "En la prensa regular uno se escuda detrás de la firma y nadie sabe quién eres ni cómo te ves. Me gusta que en línea, cada vez que escribo algo los lectores puedan ver mis fotos o conectarse conmigo vía Twitter o LinkedIn".

La paga era menos atractiva.

Los salarios iniciales para los reporteros nunca han sido gran cosa: el salario medio para los recientes graduados universitarios en diarios era de US$29.000 anuales en el 2008, o unos US$2.400  mensuales. Pero el ingreso en la blogosfera es todavía menos confiable. Taylor dijo que depender del periodismo durante el verano habría significado depender económicamente de sus padres. Por eso, durante la pausa previa a su último semestre tomó un trabajo de comercialización de tiempo parcial que paga unos US$3.000 mensuales.

"Ya han quedado atrás los días en que uno entraba en el mejor periódico posible con la idea de hacer lo mismo durante 40 a 50 años", comentó Dean Mills, titular de la Escuela de Periodismo de Misurí. "La gente que desea seguridad o que carece de ambición probablemente no debería estar en las escuelas de periodismo en estos días".

El Instituto Reynolds de Periodismo en Misurí, una organización para desarrollar nuevos modos de utilizar la tecnología en la actividad, ahora abraza también la misión de desarrollar modelos comerciales noticiosos. A los estudiantes de periodismo en Misurí se les estimula a trabajar con los estudiantes en los departamentos de administración de empresas y ciencias de computación, diluyendo la tradicional separación tajante entre las facetas editorial y comercial de la actividad.

En el semestre pasado, por ejemplo, el instituto efectuó una competencia que desafió a los estudiantes a diseñar sus propias aplicaciones para iPhone y otorgó el primer premio a tres estudiantes con una aplicación para presentar las ofertas inmobiliarias como puntos en un mapa, una función destinada a reemplazar los avisos clasificados.

"La orientación de esta escuela, hasta hace muy poco, era que tu relación con la faz comercial del negocio debía ser mantenerlos a raya, algo así como que pensar siquiera en ello corrompía al periodista", dijo Nick Lemann, decano de la Escuela de Periodismo de Columbia. "Ahora tenemos que pensar en ella". Los avisos clasificados y la publicidad son baratos o gratis en línea. Lo mismo las noticias. El modelo comercial que hace una generación financiaba a los diarios de las grandes ciudades con centenares de empleados se está desvaneciendo, quizás para siempre.

"Todos tendremos que pensar en los modos de reemplazarlo", dijo Lemann.

Mientras tanto, las escuelas de periodismo se han ido adaptando para preparar a los estudiantes a reportar en la era digital bajo la suposición de que todo nuevo modelo comercial tendrá que lidiar con la red. Ahmed Shihab-Eldin, de 25 años, recuerda que llevaba su computadora portátil a las ferias de reclutamiento para mostrar a los posibles empleadores lo que pudiera ofrecerles. Además de sus conocimientos sobre animación, video y programación en HTML, habla árabe "y suficiente alemán y francés como para arreglármelas".

Desde que se graduó en Columbia en el 2007, Shihab-Eldin no ha tenido problemas para hallar empleos relacionados con la red. Ocupó cargos en PBS el New York Times y la red televisiva Al Yazira en inglés. El problema radica en que nadie le ha pagado por aquello para lo que realmente se ha capacitado: narrar historias en línea. Como las organizaciones noticiosas siguen hallando su lugar en Internet, Shihab-Eldin se ha dedicado principalmente a recompaginar el material tradicional impreso o radial. Recuerda sus turnos nocturnos escribiendo titulares o editando noticias básicas para mantener actualizadas las páginas web.

"A menudo puede resultar una tarea realmente agobiante", afirmó. "Uno quiere reportear, narrar historias, conocer gente". Ha hallado asignaciones más gratificantes blogueando para el Huffington Post, pero la página no le paga por sus contribuciones.

De todos modos, no se desalienta.

"A decir verdad, no creo que me hubiese mantenido en el periodismo si no hubieran existido estas nuevas oportunidades y desafíos", dijo. "Lo que me mantiene es cómo podemos narrar la historia del modo más dinámico".

 

AP